Todo argentino que se precie de tal sabe perfectamente que el estado es un pésimo administrador y peor proveedor de servicios, que ni siquiera en cuestiones como la seguridad o la educación tiene un desempeño mínimanente aceptable. Son absolutamente concientes de que los va a volver a garcar en cualquier momento y que, como dice De Pablo, lo que tengo fuera del sistema es mío y que lo que tengo dentro del sistema es nuestro.
Y, como si fuera poco, la gran mayoría actúa en consecuencia: la economía en negro no deja de crecer, los ahorros fuera del sistema financiero y del país superan varias veces a los que están en el país, los que pueden se manejan en dólares y gastan porciones considerables de sus ingresos en seguridad, educación y salud privadas.
Sin embargo, en el discurso y cuando llega el momento de votar, reafirman una y otra vez su firme creencia de que toda solución a sus problemas y los problemas del país pasa necesariamente por el estado. El mismo estado que los esquilmó una y otra vez y que ahora les roba el futuro de sus hijos, condenando a la pobreza a generaciones de argentinos.
¿Por qué semejante incoherencia? ¿Les gusta sufrir o no pueden con el genio?
Es como el laburo en negro... hoy en día el salario en negro está creciendo más que el trabajo en blanco. Pero cuando hablás de derogar las regulaciones, te miran como si fueras el mismísimo demonio. No vaya a ser que perdamos "las conquistas".
ReplyDeleteExacto, es como si no perdieran las esperanzas de que el mundo de fantasía que existe exclusivamente en los papeles algún día mágicamente tendrá un correlato en la realidad.
ReplyDeleteEsta situación demuestra el extraordinario (y a la vez dramático) éxito que ha tenido en nuestro país el discurso socialista.
ReplyDeleteEntre un político que dice "soy bueno, amo a los pobres, y redistribuiré la riqueza que los ricos (malos) acumulan", y otro que dice la verdad, por más amarga que ésta sea, el argentino promedio siempre elegirá al primero.
Lo que hay en este país es una gran inmadurez colectiva, una enorme ignorancia, y un desprecio rotundo por el otro, que se observa en el comercio, en la calle, y en la vida.
Cada vez tengo más ganas de emigrar...
"¿Les gusta sufrir o no pueden con el genio?"
ReplyDeleteHay una tercera opción, cada vez más prevalente: directa o indirectamente viven de la coacción estatal.
Juan, ¿a qué se debe el éxito del discurso socialista en Argentina? ¿Por qué el argento promedio se prende a estos disparates? La Argentina tuvo durante unos 140 años una constitución de las más liberales del mundo, ¿por qué nunca prendieron las ideas de la libertad?
ReplyDelete¿No será que el discurso socialista le viene como anillo al dedo porque el argento promedio ya es portador de gen colectivista? O, lo que es peor, pretenden ser individualistas para los beneficios y colectivistas para los costos.
Es el sindrome "con el Pino Solanas" va a ser distinto".
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