Un amigo argentino que vive en Québec está por unos días de visita en su localidad natal, el interior de la provincia de BA. Algunas impresiones:
Por supuesto, no para de comer.
Le llamó mucho la anterior lo caro que está todo, muchas cosas (como la ropa, electrónica, zapatos, etc.) considerablemente más caras que acá. La comida subsidiada es más barata, el resto a precios comparables.
La plata no vale absolutamente nada. Y no compara con fines de los 90, sino con fines de 2004, cuando emigraron a Canadá.
El grado de hartazgo de la gente con el gobierno es muy grande. No encontró a nadie que le diga algo positivo.
Mucho calor, con nubes de mosquitos.
La plata no vale absolutamente nada. Eso es exactamente así. Es horroroso ver la manera en que este gobierno ha destruido nuestra moneda. Pero más horrososo es ver la pasividad total de la gente ante tal fenómeno. Hace ocho años que se vienen robando nuestro poder adquisitivo alevosamente, y la gente como si nada. Ignorancia pura, creo yo.
ReplyDeletePor más que uno sea por demás medido en sus gastos, la plata desaparece de la billetera a un ritmo que da miedo. Yo ya estoy pensando seriamente en emigrar, no aguanto más la pobreza a la que nos están condenando estos delincuentes.