Yo sigo sin entender por qué en Argentina se dio (y se da) ese nivel de odio, rencor, resentimiento, revanchismo y envidia.
¿Por qué en los países vecinos no se dio, se dio con menor intensidad y/o fueron capaces de superarlo mucho mejor que los argentinos?
No se rían, pero hasta fines de los 90 yo fui de los que creyeron que esa época había quedado definitivamente en el pasado, que ese nivel de odio y resentimiento estaba absolutamente limitado a fanáticos ideológicos como Bonafini y otros desaforados de organizaciones de izquierda recalcitrante, que el 99,9% de los argentinos estaban mucho más interesados en el futuro propio y de sus hijos.
El kirchnerismo fue muy hábil e inescrupuloso en usar y exacerbar el odio de tanta gente para hacerse de poder para llevarse puesta a la república, pero jamás lo hubiera logrado (o no le hubiera resultado tan fácil) si para millones de argentinos fuera más importante el éxito propio que el fracaso ajeno.
Posdata:
La cosa no es de ahora, viene de toda la vida. Se trata básicamente del mismo rencor y odio que aprovechó Perón para terminar de destruir lo poco que quedaba de la Argentina de la modernidad.
Tal vez esté relacionado, como comentó alguien por acá hace poco (creo que fue Pablo), a que Argentina fue el único país que creó riqueza suficiente para generar ese nivel de resentimiento y envidia.
Yo en ese aspecto soy optimista, y diré porqué.
ReplyDeleteEn toda sociedad existe un sector minoritario relativamente, pero apreciable en número, de resentidos y envidiosos. Pero éste sector, por llamarlo de alguna manera, no se expresa habitualmente o sus manifestaciones no tienen mayor fuerza dado que normalmente se sienten inhibidos de hacerlas porque saben que dichas exteriorizaciones son objetables moralmente en todo sentido. Y un cierto pudor o miedo a la vergüenza de su pequeñez que quedaría evidenciada (o también su condición de perdedores) los frena en su discurso.
¿Pero qué ocurre si este sector ve en el poder gente de su misma condición resentida y que sin pudor la manifiesta a través de un discurso envenenado?
Se sienten autorizados y respaldados porque el poder siempre tiene un predicamento mayor que cualquier otro sector en el aspecto moral, y un cierto grado de indemnidad en ese sentido debido a la majestad del poder.
Lo que estoy mostrando es que éste es un sector cuya expresión resentida entra en resonancia y se amplifica tomando fuerza cuando el poder instala ese tipo de discurso odioso como lo es la diatriba permanente contra personas y sectores agrediendo, condenando y ofendiendo a diestra y siniestra.
Basta ver lo que ocurre hoy en los blogs de algunos grandes medios con los comentarios al pié. No se puede creer que se puedan escribir tales cosas con tanto resentimiento.
Pero creo que desaparecidos los instigadores y protagonistas principales, es decir los gobernantes, este discurso se contrae hasta casi desaparecer. Y eso será lo que ocurra en nuestro país.
Admito, es cierto, que la persistencia de esta expresión odiosa es negativa y destructiva si dura algún tiempo, pero siempre desaparece cuando el poder no la mantiene. Los regímenes totalitarios la sostienen permanentemente a tambor batiente porque el odio y el estado de guerra son esenciales y necesarios para justificar un férreo control sobre la población. Es para ellos su modo de gobernar.
Y hago referencia a este caso extremo para mostrar que esta es siempre una expresión o manifestación que viene del poder, o se origina en él.
Nada de esto conocimos cuando gobernaba Menem.
Quizá el mayor acierto de su gobierno haya sido mostrar el valor de la libertad irrestricta y la tolerancia en un grado que nuestra sociedad desconocía.
Y se puede volver a ello.
Muchas gracias Louis por referir uno de mis escasísismos aportes a este blog. Respecto del kircherismo, yo creo que fue y sigue siendo màs un tema de billetera infinita que de habilidad (además de una inescrupulosidad extrema). A comienzos del 2006 tuve la desgracia de ver de cerca a NK -y ecuchar su discurso- en un acto de inauguración de un proyecto, y la impresión que me dio fue de una persona muy mediocre, sin ningún vuelo. Muy distinta de Menem, a quien también vi personalmente un par de veces, también por cuestines profesionales.
ReplyDeletePor otra parte, comparto 100% el anterior comentario de Luis. He visto demasiada gente modificar su comportaniento más o menos neutro durante los '90 a uno marcadamente resentido en estos años recientes.
Pablo
Pablo, me alegro de verte. Como solía decir Benegas, el gobierno de los peores.
ReplyDeleteCreo que ya lo comenté antes por acá, por lo menos Duhalde se daba cuenta de lo ignorante y fuera del mundo que estaba. Kirchner (y sus seguidores) son peores y encima se jactan de serlo.