Sobre este post de Rubén.
A mí me parece que los problemas de Haití están mucho más relacionados con la pobreza que con una supuesta libertad absoluta. A menos que equiparemos libertad con improvisación.
Por lo que vengo leyendo, Haití es uno de los países menos libres del continente. Una de las principales causas del desastre por el terremoto es el precio prohibitivo del cemento, que obliga a la gente a rebajarlo con arena o lo que sea.
Supongo que si te vas a poner a rebajarlo lo importante es rebajarlo mucho, así cuando se caiga los cascotazos te duelen menos.
ReplyDeleteLa calidad de la construcción no depende de la existencia de normas oficiales locales. Sin profesionalismo de parte de los involucrados directamente en la construcción y recursos económicos suficientes, las normas -si existen- son hoja seca. En cambio, con profesionalismo y recursos económicos suficientes, las normas oficiales locales son innecesarias.
ReplyDeletePablo
Ojo, no confundase el propósito del post.
ReplyDeleteLo que digo es que la ausencia de control (y de normas que controlar) aumentaron el número de víctimas. Esto incluye -obviamente- la ausencia de profesionales idóneos responsables del cálculo y ejecución.
Veáse el caso citado de San Juan.
BlogBis,
ReplyDeletePrecisamente, son esos profesionales idóneos los que eligen las normas de diseño y construcción más adecuadas a cada caso.
Pablo
Giramos ambos en torno a lo mismo.
ReplyDeleteProfesionales idóneos, normas, verificación.
Nada de eso hay en un país donde la pobreza es tan vasta como la ausencia de normas (y estado).
El problema es justamente la presencia del estado, o mejor dicho de los estados: mientras el gobierno local castiga la productividad, los gobiernos externos la desincentivan.
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