No me canso de decirlo, el nivel de desidia e improvisación de la Argentina kirchnerista es asombroso. La forma de encarar el problema con el Reino Unido por Malvinas me hace acordar al desastre con Uruguay por las pasteras. Se pasan un año haciéndose la del mono y a último momento, ante el hecho consumado, llegan las sobreactuaciones.
Los tipos saben que lidian con una perrada que se traga con anzuelo, boya y plomada el verso nacionalista de la defensa de la soberanía y la dignidad.
Chicas, así como hay economistas profesionales que los pueden ayudar a salir de la nube de gas intestinal en la que viven, también hay un cuerpo de diplomáticos profesionales de carrera. Deberían convocarlos y ponerlos a la cabeza de las negociaciones cuanto antes.
Ahora, me encanta el apoyo de las republiquetas socialistas bananeras latinoamericanas.
ReplyDeleteEspecialmente el del bocón bolivariano y el ventajero Lula (si puede sacar tajada ahí está él en primera fila).
Todo de palabra. Palabras ardientes.
A la hora de los bifes, "no me pidan que cabecee".
Ni siquiera un consenso para alguna acción económica conjunta contra el reino.
Volver a vivir mis dulces 16.... ¡¡¡buajj!!!
ReplyDeleteÉramos tan jóvenes, Andy.
ReplyDeleteLa decisión de tomar una u otra política en Argentina está dada por las apariencias y no por los resultados a esperar. En particular, con las relaciones exteriores.
ReplyDeleteSon todos gestos para la gilada, para la tribuna, y no se piensa ni un segundo en las consecuencias, ni siquiera en las inmediatas, ni que hablar en las de largo plazo.