Enrique Szewach vuelve a explicar que no se puede gastar lo que no se tiene y que el recorte del gasto se puede hacer racionalmente, como pretendía LM cuando fue ministro de De la Rúa, o a lo bruto, como hizo Duhalde con la devaluación y pesificación:
Y aquí está el centro del falso dilema: el ajuste del gasto se está haciendo igual, licuando, con inflación, las jubilaciones y los salarios públicos e incrementando nominalmente los ingresos. Mientras el gasto público suba por debajo de la inflación y el crecimiento real de la economía, habrá ajuste, aunque el gasto nominal no baje. Si, por el contrario, el gasto sube por encima, hará falta vender más reservas o usar más crédito y más inflación, generando una espiralización peligrosa.
El ajuste, entonces, no es una elección: se hace por las buenas o por las malas, ahora o más tarde.
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