El Opinador Compulsivo

No se de qué se asombran por los actos de ayer. Son los típicos actos de la izquierda. No hay nada nuevo en ellos. La izquierda en la ciudad de Buenos Aires siempre mostró que es capaz de reunir rápidamente entre 10.000 y 20.000 personas. El de ayer, un evento organizado, contó según Clarín con unos 40.000 asistentes. (Otros hablan de 60.000. Con esto último, a dos personas por m2 se llena Plaza Mayo).

Sí, en cambio me parece oportuno anotar dos hechos que he venido observando.

1) Este gobierno no tiene a su favor actos masivos espontáneos. Cristina Kirchner habla siempre en locales cerrados desatando su verborrea destructiva en auditorios pequeños e insólitos para el tema de sus discursos. Los pocos actos masivos que pretenden hacer no convencen a nadie, contando básicamente con alguna troupe piquetera o sindical pagada que es demasiado evidente.

El de ayer debe haber sido un verdadero suceso, un éxito acabado para el matrimonio siempre huérfano en esta materia. Esa es una de las razones del feriado del 24 de marzo que el kirchnerismo mantendrá a rajatabla durante todo su reinado.

2) La caída del comunismo, el fracaso económico colosal de todos esos regímenes ha sido un golpe casi mortal para la izquierda que a pesar de todo seguirá existiendo. Pero hoy su praxis está totalmente cambiada habiendo desplazado su acción hacia cometidos diferente a los tradicionales. Hoy por ejemplo la tarea de agitación y propaganda (concientización clasista) prácticamente ha desaparecido. En su lugar el homenaje a sus caídos ha cobrado una importancia capital porque con eso pueden construir una mitología de héroes. Estos actos funerales, verdaderas misas de la izquierda, se mantendrán firmes de aquí en adelante. Parece que llegaron para quedarse. Son un ersatz.

Luis N