Son todos iguales

En esta zona hay un centro de esquí que funciona dentro de un parque provincial (que acá en Québec, con mucha pompa y boato, llaman “parques nacionales”).

Estaba manejado por el gobierno de la provincia, era un desastre y perdía plata a rolete. Hace unos años fue entregado en concesión a un operador privado. A los pocos meses de hacerse cargo, el nuevo operador le comunicó al gobierno que si se mantenían las condiciones de trabajo leoninas de los empleados (todos ex empleados estatales) de la empresa, era imposible no sólo competir con los otros centros de esquí de la zona (que son rentables) sino tener alguna posibilidad de dejar de perder plata haciéndolo funcionar.

Como los sindicatos, especialmente los públicos, son intocables, no se modificaron las condiciones de trabajo y los pocos años la empresa privada huyó despavorida, cansada de perder plata.

Ahora la provincia no sabe qué merda hacer con el lugar. No tiene plata para seguir tirando para hacerlo funcionar y no hay ninguna empresa privada dispuesta a hacerse cargo en las condiciones actuales. Para colmo, hay un grupo ecologista metido en el medio que prácticamente garantiza que jamás se colará ni una gota de racionalidad en el tratamiento del problema.

¿Cuál es la propuesta más reciente de estos dedicados defensores del medioambiente? Un aumento del impuesto a las ventas provinciales para mantener el centro de esquí.

Cuando lo leí casi me da un ataque de caspa. El nivel de desfachatez de estos delincuentes es extraordinario.