Esta mañana escuchaba en el noticiero que el nuevo presidente de la SODEC, la “sociedad de desarrollo de empresas culturales de Québec”, anunció que, debido a la crisis presupuestaria, la delegación de la provincia en el festival de Cannes dispondrá de unos 50 mil dólares menos para gastar.
Entre las medidas para reducir gastos, el presidente se alojará en un hotel de unos 600 dólares la noche, en lugar de los 1600 por noche que pagó el presidente anterior el año pasado.
Todo gentileza de los sufridos contribuyentes de la provincia, que, baidewei, se encuentra por debajo del promedio de ingresos de Canadá.
Ustedes se preguntarán para qué merde (utilizo el término francés porque queda más petitero) necesita Québec, una provincia pobre, un organismo estatal como éste. Permítanme decirles que lo que pasa es que les falta sofisticación. Las sociedades de vanguardia y profunda sensibilidad social tienen un organismo oficial para cada grupo de lobby, viste (siempre y cuando encaje en el “relato” progre).
Para que quede bien claro, aumentan los impuestos y tarifas para seguir financiando relleno de pozo ciego como éste.
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