La pregunta es: ¿alguien los va a desactivar algún día? Me temo que no. Me parece que las épocas en las que en Argentina cada tanto algún gobierno hacía algún inevitable ajuste doloroso o antipático para el populacho en el corto plazo (pero indispensable pensando en el mediano y largo), han quedado definitivamente en el pasado. Tengo la impresión de que, de ahora en más, ningún gobierno democrático tomará nunca más ninguna medida que implique un costo político en el corto plazo. Hay un sistema mafioso/político/sindical muy grande, capaz de paralizar el país ante cualquier medida de ese tipo, y ningún gobernante se va a arriesgar a enfrentarse con ese monstruo. Además, la clase media está muy ideologizada (hacia la izquierda, obvio), cosa que tampoco ayuda.
Yo creo que el país seguirá como hasta ahora, en una lenta agonía, por tiempo indefinido. Las cuerdas de la economía seguirán tensándose, y recién el día en que se rompan, tal vez haya un cambio de conciencia en los gobernantes y en la gente. Pero hasta que no llegue ese día, yo no tengo esperanzas de que algún gobierno tenga la decisión de arreglar algo de todo este desastre.
El tema es que el gobierno siempre tiene de dónde conseguir más guita para seguir financiando la fiesta: subiendo impuestos, tomando deuda o imprimiendo papelitos de colores. La gente todavía no se queja por el nivel de impuestos y el nivel de inflación actuales, por lo tanto le pueden seguir dando para adelante tranquilos durante un tiempo más.
Bueno, todas las grandes empresas comenzaron siendo pequeñas. Muchos factores, algunos endógenos (talento, perseverancia, habilidad para despertar confianza, etc) y otros exógenos (circunstancias propicias, hechos fortuitos) lo hicieron posible. Obviamente esos mismos factores a su vez hicieron caer a muchísimos emprendimientos que quedaron en el camino. Lo que quiero decir es que existen grandes paralelismos entre la teoría económica y la evolución biológica. La pretensión de lograr la supervivencia de los no aptos mediante un decreto se logra únicamente creando una terrible distorsión. Además de sufrir una corrupción tremenda, todo lo estatizado o socializado subsiste en base a que el estado -y en consecuencia la sociedad toda- será quien de ahora en más financie su déficit perpetuo. Pero como el ente queda excluído del mercado y de la competitividad, su quebranto pronto será estratosférico, y se necesitarán cada vez más y más impuestos para sostenerlo. Ni hablemos de la eficiencia. El buenismo socialoide suele apelar a un recurso sensible: la preservación de las fuertes de trabajo. Como quiera que sea, en todos los casos, nos saldría mucho más barato que los empleados se quedaran en sus casas sin trabajar cobrando el sueldo hasta que se jubilen, que el mantener a esa empresa inviable. Bueno, la riqueza de las naciones se sustenta en la confianza que despiertan, y en su capacidad de atraer inversiones. Desde ya, la seguridad jurídica y el respeto a la propiedad privada son elementos imprescindibles. Cualquiera puede comparar lo que sucede, en el contexto latinoamericano, con Brasil-Chile-Uruguay versus Venezuela-Argentina. Ocasionales manotazos (reservas, jubilaciones a pagar, etc) pueden producir un alivio momentáneo, pero nada más. Nadie dice qué pasará cuando se agoten esos recursos 'manoteables'. Estos temas no están en la agenda de la clase política argentina. Todos -oficialistas y opositores- son populistas, repartidores de lo ajeno, y sumamente irresponsables. ... La monotonía de la puja política es un insoportable que se basa en un intrascendente recambio de figuritas que terminarán haciendo lo mismo que las anteriores. ... Medio que lo mismo que si un tipo se divorciara de su mujer para casarse con su suegra.
La pregunta es: ¿alguien los va a desactivar algún día? Me temo que no. Me parece que las épocas en las que en Argentina cada tanto algún gobierno hacía algún inevitable ajuste doloroso o antipático para el populacho en el corto plazo (pero indispensable pensando en el mediano y largo), han quedado definitivamente en el pasado. Tengo la impresión de que, de ahora en más, ningún gobierno democrático tomará nunca más ninguna medida que implique un costo político en el corto plazo. Hay un sistema mafioso/político/sindical muy grande, capaz de paralizar el país ante cualquier medida de ese tipo, y ningún gobernante se va a arriesgar a enfrentarse con ese monstruo. Además, la clase media está muy ideologizada (hacia la izquierda, obvio), cosa que tampoco ayuda.
ReplyDeleteYo creo que el país seguirá como hasta ahora, en una lenta agonía, por tiempo indefinido. Las cuerdas de la economía seguirán tensándose, y recién el día en que se rompan, tal vez haya un cambio de conciencia en los gobernantes y en la gente. Pero hasta que no llegue ese día, yo no tengo esperanzas de que algún gobierno tenga la decisión de arreglar algo de todo este desastre.
Fede, estas cosas nunca se hacen por virtud, sino por necesidad. Lamentablemente la plata algún día se termina.
ReplyDeleteEl tema es que el gobierno siempre tiene de dónde conseguir más guita para seguir financiando la fiesta: subiendo impuestos, tomando deuda o imprimiendo papelitos de colores. La gente todavía no se queja por el nivel de impuestos y el nivel de inflación actuales, por lo tanto le pueden seguir dando para adelante tranquilos durante un tiempo más.
ReplyDeleteBueno, todas las grandes empresas comenzaron siendo pequeñas.
ReplyDeleteMuchos factores, algunos endógenos (talento, perseverancia, habilidad para despertar confianza, etc) y otros exógenos (circunstancias propicias, hechos fortuitos) lo hicieron posible.
Obviamente esos mismos factores a su vez hicieron caer a muchísimos emprendimientos que quedaron en el camino.
Lo que quiero decir es que existen grandes paralelismos entre la teoría económica y la evolución biológica.
La pretensión de lograr la supervivencia de los no aptos
mediante un decreto se logra únicamente creando una terrible distorsión.
Además de sufrir una corrupción tremenda, todo lo estatizado o
socializado subsiste en base a que el estado -y en consecuencia la sociedad toda- será quien de ahora en más financie su déficit perpetuo.
Pero como el ente queda excluído del mercado y de la competitividad, su quebranto pronto será estratosférico, y se
necesitarán cada vez más y más impuestos para sostenerlo.
Ni hablemos de la eficiencia.
El buenismo socialoide suele apelar a un recurso sensible: la
preservación de las fuertes de trabajo.
Como quiera que sea, en todos los casos, nos saldría mucho más barato que los empleados se quedaran en sus casas sin trabajar cobrando el sueldo hasta que se jubilen, que el mantener a esa empresa inviable.
Bueno, la riqueza de las naciones se sustenta en la confianza
que despiertan, y en su capacidad de atraer inversiones.
Desde ya, la seguridad jurídica y el respeto a la propiedad privada son elementos imprescindibles.
Cualquiera puede comparar lo que sucede, en el contexto
latinoamericano, con Brasil-Chile-Uruguay versus Venezuela-Argentina.
Ocasionales manotazos (reservas, jubilaciones a pagar, etc) pueden producir un alivio momentáneo, pero nada más.
Nadie dice qué pasará cuando se agoten esos recursos 'manoteables'.
Estos temas no están en la agenda de la clase política argentina.
Todos -oficialistas y opositores- son populistas, repartidores de lo ajeno, y sumamente irresponsables.
...
La monotonía de la puja política es un insoportable que se basa en un intrascendente recambio de figuritas que terminarán haciendo
lo mismo que las anteriores.
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Medio que lo mismo que si un tipo se divorciara de su mujer
para casarse con su suegra.
Para mí los subsidios se van a cortar cuando venga la próxima gran devaluación, esto es, el día que se les termine la plata.
ReplyDeleteEn ese momento el kilombo va a ser tal, los precios y salarios se distorsionarán tanto, que ahí van a embocar los aumentos.