Es decir, nivelar para abajo, que todo el mundo – salvo la elite que corta el bacalao – sea igual de pobre.
Por lo tanto, cuando los progres pretenden venderte su ideología como la “defensa de la libertad” (en singular o en plural), te están encajando un buzón con esquina, bocacalle y cartero incluido. Ellos lo saben perfectamente.
La imposición de la igualdad implica necesariamente la pérdida de libertades, políticas y económicas (BTW, sin libertad en lo económico, sin derecho de propiedad, la libertad política es una ficción, ser es libre de ser un esclavo), que será más grave cuanto mayor sea la vocación de servicio de los izquierdistas en el poder. En casos extremos, tenemos los ex países de la “cortina de hierro” o la Cuba, Corea del Norte o Venezuela actual.
El colectivismo SIEMPRE termina en lo mismo: menor libertad.
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