Debe ser la primera vez que escucho que esta gente se mete con un sector que no es uno de los “enemigos públicos” identificados oficialmente por el régimen, como la Iglesia Católica, Menem, las Fuerzas Armadas, los productores rurales, los concesionarios de servicios públicos y sigue la lista.
Hasta ahora siempre fue la bagatela de patear al que está tirado en el piso. Y, como la plata era lo de menos, eso de preocuparse por la productividad era de neoliberales noventistas. ¿Quieren aumento, más empleados aportando al sindicato? No problemo, acá tienen.
Me parece que la plata se termina y ya no es tan fácil taparles la boca con un aumento.
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