QUE SE VAYAN TODOS (English Version)

Campana es una ciudad en el país que es la capital mundial de la viveza. Ese país cuenta con una clase política de las más podridas del planeta. Hace unos años, cuando la corrupción ya no podía contenerse por ninguna parte, la gente se hartó y salió con ollas y cacerolas a gritar a viva voz: "QUE SE VAYAN TODOS". Pero como en ese país somos vivos, pero no inteligentes, no sólo se quedaron todos: los pusimos a cargo de la reestructuración. Y así nos va, eh?

La ciudad de Bell en cambio está ubicada en el país de los giles que de casualidad es potencia. A pocos kilómetros de donde vivo, la Campana del norte es una caldera estos días. La gente se enteró por un informe del L.A. Times la grosería de sueldo de algunos de sus funcionarios. Y la gente, indignada, salió a la calle el fin de semana pasado con pancartas pidiendo la cabeza de todos en el gobierno de la ciudad. El lunes el gobierno improvisó una reunión extraordinaria para responder al público. Pidieron perdón y se comprometieron en rebajarse el sueldo en un 90% (noventa por ciento!). La gente les gritaba:

"No. No queremos rebajas. Queremos que se vayan TODOS."

El martes, el alcalde anunció su retiro al final de su término, no sin antes aclarar que durante ese tiempo se dedicará exclusivamente a investigar las irregularidades (y renuncia a su remuneración effective immediately).

Los funcionarios, a su turno, están siendo investigados por la justicia penal. Me arriesgo a predecir el futuro de estos muchachotes: se van a ir todos seguro, y si tienen suerte, no van a terminar detrás de las rejas.

Y si alguno todavía piensa que la corrupción está escrita en la sangre, y que Campana va a ser Campana porque somos latinos y no tenemos remedio y Bell va a ser Bell porque son anglosajones virtuosos, no se pierdan el video y hagan un Google a Bell, CA. La verdad es: tenemos remedio... sólo tenemos que tomarlo. Y la próxima vez que digamos "que se vayan todos", recordar que ello implica no votarlos en la próxima elección.