Sigo creyendo que temas como el matrimonio de personas del mismo sexo y la despenalización del aborto merecen un debate más serio y que es una muy mala idea aprobar leyes no por convicción o porque es lo mejor para el país sino para perjudicar a alguien (claramente a la jerarquía católica, a la que el régimen percibe como parte de la oposición).
Es imposible que salga algo bueno en base al odio y el resentimiento y con la intención de perjudicar a alguien.
Hasta no hace mucho no tenía ningún problema con la extensión de la definición del matrimonio para incluir a las personas del mismo sexo. Pero, como ya dije por acá, desconfío de las intenciones de la izquierda en general, a la que la institución del matrimonio únicamente le resulta relevante cuando se trata de personas del mismo sexo, y del régimen kirchnerista en particular, que ha demostrado que no dudaría un instante en bombardear al país con napalm si de esa manera logra quedarse un día más en la Casa Rosada.
Creo que el aborto debería estar despenalizado en las primeras semanas de gestación pero, como dije alguna vez por acá, con los miles de problemas que tiene el país, honestamente no me parece que sea una prioridad debatirlo ahora, mucho menos de esta manera.
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