Me los prestaba un primo, que no tenía la colección completa, porque ya en esos años eran medio difíciles de encontrar. Me encantaban.
La serie era para niños y en castellano se llamaba “Los Conquistadores de lo Imposible”, de Philippe Ebly, un autor francés. Entre los personajes principales estaban Sergio, Xolotl y Teobaldo de Chalus (un chico francés de la Edad Media).
¿Alguien más los leyó?
Voy a buscarlos para que los lean Los Opinadoritos. Aunque en una de esas, con las cosas que se ven ahora, me sacan carpiendo por antiguo.
Qué hijo de puta. Me hiciste acordar de una colección de cuando era purretín, (la busqué, es ésta, ¡y hasta me acordé de los dibujos y los títulos! Gracias al que dice "El honorable furo", sé desde aquel entonces que ese baño tradicional japonés también se llama "ofuro") que me tragué escrupulosamente, libro a libro, porque era terriblemente fácil de leer para un pibe, y muy entretenida. Centenares de bocaditos muy masticables de cultura general en seis tomos.
ReplyDeleteQué saudade (¿se enojará la legisladora idiota esa si uso el portugués para un término casi sin traducción directa en otros idiomas?)
JL
JL, yo me mataba con los Lo Sé Todo. Mi abuela tenía la colección completa. Debo haber leído cinco veces a cada tomo. Qué épocas.
ReplyDeleteYo aún tengo la colección entera. Entre esos libros y las muy interesante/patoruzú pasó mi infancia.
ReplyDelete¿En serio? Mandá unas fotos!
ReplyDeleteRastreo mis raices derechosas de la lectura impulsada por mi abuela del Selecciones del Reader´s Digest.
ReplyDeleteLos tengo desde 1947 hasta 1999, donde se "latinoamericanizo" la edición. (imaginen ustedes el resultado)
Mi abuela también la compraba. Me acuerdo de chico leer ediciones de los años 50 y 60. Muy interesante.
ReplyDelete"Selecciones", por supu! Me encantaaaba. En verdad aprendí muchas cosas con esa revistita.
ReplyDeleteYo tenía el "Gran Omeba", diccionario enciclopédico con un olor especial a cola de encuadernar, qué sé yo, que me gustaba mucho recorrer y averiguar cosas raras.
El "Lo sé todo" lo tenía una vecina, bastante mayor que yo y eventualmente se lo pedía prestado como material de consulta, jaja.
De chica también leía una revistita -esta sí para niños- que creo que se llamaba "Spirou ardilla" y traía una historieta genial (bueno, para mí) llamada Quena y el Sacramus.
Pero Guarda! que también leía HumoR, Skorpio (con las historias de Nekrodamus, Henga, Precinto 56), D'Artagnan -buenísima para leer en la playa- y algún pasquín de actualidad tipo Gente o similar.
Además de las consabidas Billiken y Anteojito.
Pero lo que más me gustaba era leer a escondidas los libros de la colección Grandes Novelistas que mi papá compraba y, antes de guardarlos en la biblioteca, pasaban por su mesita de luz...
Viajé en el tiempo. Merci, gracias!
Fiura, en casa también estaba el Gran Omeba. Doce tomos. Lomos marrones con líneas doradas, tapas grises. Diccionariazo.
ReplyDeleteUna vez encontré escondido en casa un libro que estaba prohibido por los milicos, el "Sóngoro Cosongo" del cubano Nicolás Guillén.
Y otra vez me leí a escondidas una novela erótica que estaba de moda por aquellos tiempos y que les encontré fondeada a mis viejos: "Fiona".
JL
¿Fiona, la esposa de Shrek?
ReplyDeleteEl diccionario enciclopédico de cabecera de casa era el Salvat de 20 y pico de tomos, edición española. La entrada de Argentina era de un delirio de grandeza espeluznante, me acuerdo.
ReplyDeleteSi yo te digo lo que me leí a escondidas, JL...
ReplyDeleteEra chica, en serio. Yo ya estaba informada. Mi mamá se ocupó de que supiera todo. Desde el punto de vista clínico, desde ya.
O sea, que cuando lo descubrí, supe que iba a ampliar mis conocimientos, jeje...
"El placer sexual en el matrimonio" de Jerome y Julia Rainer. Un libro tipo Informe Kinsey, con algunas anécdotas y referencias de otras culturas.
Del año del jopo, pero muy interesante.
Más adelante, también rebuscando en la biblioteca, en esas tardes de adolescencia temprana y aburrimiento estival, encontré una joyita, "El amante de Lady Chatterley".
Pobre Sir Clifford...
Pero el que más me divirtió fué "La hija de Fanny Hill".
Ése me lo traje. De recuerdo.
Lo tengo guardado.
O debería decir, escondido?
;)
hola Louis, yo también me leí casi todos los libros de esa serie. Mi mamá me regaló "El navío que remontaba el tiempo", y muchos otros los leí en la Biblioteca Nacional de Montevideo (el sector infantil era increíble, no sé cómo estará ahora). Me acuerdo de "El que volvía de lejos" (donde se contaba la historia de Teobaldo), otro de un lugar subterráneo llamado Sanderloz, y el del rayo que los mandaba al imperio Romano...Acabo de encontrar esta página: www.philippe-ebly.net. Saludos!
ReplyDeleteMe acuerdo, Lalo, me encantaría conseguir la colección en castellano o francés.
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