Mezquita en Manhattan

Más del tema de Guy Sorman, traducido a mano alzada por un servidor:

¿Una mezquita próxima a “Ground Zero”? El intendente de Nueva York, que es judío, apoya la iniciativa y Barack Obama, que es cristiano, también. Ambos se refieren a ley y la tradición de los Estados Unidos, que respeta la libertad de culto si es privada: la mezquita en cuestión, llamada el Centro Córdoba (un raro y breve período de tolerancia en la España de los moros), es privada.

Pero me parece que el debate debería ser menos primitivo que lo que es actualmente, a favor o en contra de la presencia del Islam en las puertas de este nuevo lugar sagrado de los Estados Unidos, el punto de impacto de los atentados del 11 de septiembre de 2001. ¿De qué Islam se trata? No se sabe y lo poco que sabemos no resulta tranquilizador. Es imposible encontrar a los promotores de esta mezquita y el origen de sus fondos es misterioso. La prensa intenta sin éxito comunicarse con el Imán Faisal Abdul Rauf, a cargo del proyecto. Aparentemente se encuentra en Malasia. ¿Para recaudar fondos? Se niega a responder. Rauf es presentado por sus seguidores (especialmente por el escritor británico William Darlymple, que vive en Nueva Delhi) como un moderado en la tradición de los místicos sufíes, pero las poco frecuentes declaraciones públicas de Rauf contradicción esta referencia. En 2001, Rauf dijo que Estados Unidos "tenía su cuota de responsabilidad" por los atentados del 11 de septiembre; en junio de 2010, entrevistado por una radio sobre Hamas, Rauf se negó a responder.

El debate es el mismo en todas partes: si el Centro Córdoba estuviera fundado por los musulmanes laicos de EEUU con recursos identificados, la posición de Obama sería sólida e indiscutible. El gran riesgo es que esta mezquita se convierta en una herramienta de propaganda antioccidental, en lugar de integración. La cuestión es la misma que en Francia y en otros lugares. Pero, ¿cómo distinguir entre el Islam secular y el Islam político? Ninguna autoridad religiosa lo puede decidir. Ni política. Quedan criterios simples: el origen de los fondos es uno, el pasado del imán es otro.