Sep 3, 2010

De una charla por línea privada con un amigo de la casa


Me entusiasman enormemente las ideas de la libertad pero, a esta altura del partido, en el caso de Argentina me conformo con muchísimo menos. Seamos realistas, las urgencias del país son mucho más básicas.

No pretendo un país de carmelitas descalzas, de dirigentes intachables, defensores a rajatabla de las libertades individuales, que se aman entrañablemente y cantan “rasguñan las piedras” tomados de la mano. No soy tan iluso.

Negociados, desmanejos y gente pesada van a existir siempre. Existen en todos lados. Lo que me llama la atención es que los argentinos ni siquiera sean capaces de encontrar una fórmula para dejar de reventarles los cráneos a mazazos a las ovejas y limitarse a esquilarlas regularmente, como pasa en Brasil y otros países pedorros pero funcionales de la región. Dejar de ser un país pobre inestable para convertirse en uno pobre estable constituiría un avance extraordinario.

Me hace gracia que todavía haya pajaritos que sigan hablando de las supuestas dotes de estratega político de Kirchner. Con dos dedos de frente, en el contexto que recibió el país, hoy sería un prócer y estaría peleando las elecciones de 2011.

3 comments:

  1. Comparto, Luis.

    Lo perfecto es enemigo de lo bueno, se me ocurrió esta tarde (el Gato y el Zorro dixit).

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  2. La Argentina todavía no cayó tan bajo, todavía no le han ocurrido suficientes desastres comp para que pueda aspirar siquiera a ser la pedorrada de Brasil, ni hablemos de Chile o Uruguay.

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  3. ¿Por qué Uruguay, Brasil sí y Argentina no? ¿Es el agua?

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