Sep 30, 2010

A los cortesanos supremos, ¿les agarró de golpe un ataque de rigorismo legal/constitucional?

¿O lo suyo es hacerse los cajetillas ahora que su padrino político está barranca abajo?

¿No importa por qué lo hacen, dicen ustedes, lo importante es que lo hacen?

Claro que importa. Porque si cambiaron una vez, tranquilamente cambian de nuevo con un clon del Néstor con mayor popularidad en la presidencia.

Recién se lo decía a JL en un comentario. ¿Es posible combatir el bonapartismo habiendo llegado a la corte de la mano de un bonapartista?

No lo sé. Espero que oui. Por el bien del país.

3 comments:

  1. Son los problemitas de hacer pactos con el diablo.

    JL

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  2. Cuando asumió, Kirchner quiso sacarse la Corte de encima, y lo logró.
    Nadie protestó del exceso de hablar en cadena como un matón, reclamando que renunciaran,
    y luego tampoco nadie reclamó cuando a continuación se echó por juicio político a varios,
    de un modo también prepotente y poco afecto a las garantías de un juicio.

    Algunos de los echados, habían sido designados por Menem por lealtades de amistad o de
    la joda, como Julio Nazareno, que creo era socio del estudio del hermano, en la Rioja.
    Pero en definitiva, formaban un grupo de cierta coherencia jurídica con otros miembros de la Corte,
    de prestigio, que venían incluso de la época de Alfonsín, como Carlos Fayt y Belluscio.
    En el "Corralito" mostraron respetar la Constitución, aunque con idas y venidas.
    Tenían en definitiva la estabilidad que les da la Constitución, a menos que cometieran delitos u
    otra causal seria de juicio político.

    Fueron sacados a empellones.

    Kirchner propuso algunos nombre ilustres, reemplazando la "lealtad" de la joda de Menem, por la
    "lealtad ideológica" -Zaffaroni, por ejemplo, o Carmen Argibay, aunque con ella tuvo una sorpresa,
    no fue tan "obediente".
    Con el resto no lo pensó mucho (Lorenzetti, Highton de Nolasco), solo le importó que daban buena imagen,
    y para el momento estaba bien.
    Lo cierto es que en este aspecto tuvo éxito, ya que le convalidaron todas las leyes que al comienzo quiso.
    Pesificación, por ejemplo.

    Zaffaroni sigue con su lealtad "ideológica" , hasta el punto que el otro día descalificó a lo resuelto por la Corte
    en el caso Sosa, diciendo que era una cuestión que debía resolverse políticamente en Santa Cruz, etc., o sea,
    en sintonía y dando letra a los Kirchner y Peralta, que tomo enseguida la frase.

    Pero otros no eran monigotes. Lorenzetti tiene un prestigio y conducta, Carmen Argibay pese a su pasado
    en la izquierda, y no siendo tampoco de formación académica, ha tenido posturas de una persona que ha
    evolucionado en muchos temas (En el caso "Massa" hizo la mejor fundamentación de la inconstitucionalidad
    de la pesificación, pese a que luego se plegó al voto general por "razones de paz social" ..)

    Y por supuesto, Carlos Fayt, Petrachi y Maqueda pueden ser prudentes, pero no de aceptar los groseros ataques
    de los K y sus secuaces, que en este caso, como en el del campo y otros, al atacar de modo tan agresivo,
    logran el efecto contrario: la Corte se abroqueló para demostrar que es independiente.

    Creo que quienes aceptaron integrar la Corte como Highton o Lorenzetti, lo hicieron de buena fe.
    Zaffaroni, convencido con las ideas del 70 y la onda progre que esgrimió Kirchner.
    En cualquier caso sería inconveniente un nuevo cambio.
    Cualquier nuevo gobierno que venga, debería respetar que la Corte Suprema no se reemplaza.

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  3. Pedro, comparto, No hay que tocar más la corte.

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