Muy triste:
Además de ser el segundo país el mundo con más alta inflación (detrás de Venezuela, qué casualidad), la sociedad argentina (dirigentes y dirigidos) revela estar inmersa en un escenario de incentivos invertidos, con premios a los que no se esfuerzan y castigos a los que sí lo hacen, todo esto en un clima de estatismo, tibieza, nomeimportismo y cierta mediocridad que, aunque no siempre se ve a nivel individual, es una resultante social inocultable, más allá que se siga pronosticando el “boleto” electrónico a la vuelta de la esquina… (¿se entenderá la ironía de esta frase o es muy complicada?).
Una perfecta definición de lo que está pasando.
ReplyDeleteEl problmea es como se revierte esto, con mucha buena voluntad, de un grupo de iluminados puede tardar unos 25 a 30 años.
Salu2 Gabriel
Honestamente no lo sé.
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