Durmientes - Alem 250 |
Leo al gordo Lanata en La Nación:
Acabo de ver, en el noticiero, que alguien pintó apresurado una tela que dice "Néstor Vive", y la colgó de la reja que separa la mitad de la Plaza de Mayo de la Casa de Gobierno. Antes, supe que hubo quienes tocaron bocina en la calle, en una miserable actitud de festejo. Nadie puede estar orgulloso de su odio, si es que lo tiene. El odio es una bajeza del espíritu. Recordé entonces aquella pintada de "Viva el cáncer" durante la agonía de Eva Perón; pesadillas de una Argentina que ojalá haya quedado para siempre atrás.Pienso que también es vil identificar solapadamente a los que no nos entristecimos ni sentimos mayores respetos por la muerte de Néstor Kirchner, con gente cuyo espíritu se arrastra en la bajeza. La verdad que debe quedar muy lindo, y que todos se deben sentir muy políticamente correctos diciendo eso con cara de serios y compungidos, pero francamente me parece hipócrita.
Con toda franqueza, y con mis altibajos obviamente ya que tengo mi buena dosis de defectos (viejos conocidos míos) sopesados apenas por alguna virtud (que yo desconozco pero me cuentan los que me quieren), no me creo un turro como el que dice Lanata. El tema, y disculpen, es que no me causa absolutamente nada que se haya muerto Kirchner. De vuelta disculpen, pero no me da ni tristeza ni un songo. Habrán quienes lean esto y extrapolen que estoy contento. No es así tampoco, en absoluto. El tema de su muerte (como muerte en sí) me pareció totalmente neutro.
Dicho esto, digo también que en casa brindamos ayer al comenzar el almuerzo. Pero no porque se haya muerto Kirchner -esto hubiera estado en el imperdonable ámbito no tanto del odio, sino de lo trivial, de lo somero-, sino por los efectos posibles de que sus odios ya no ejerzan, o lo hagan con menor fuerza, o con fuerza menos organizada, con la esperanza de que este ciclo implote tristemente y en silencio ("Not with a bang but with a whimper", en las geniales palabras de T.S. Eliot). No fue en contra de alguien, sino por nosotros. El brindis, textual, fue "Por tiempos mejores". Y vaciamos los vasos y después comimos el asado que había comprado el día anterior.
No caben más palabras para mí.
ReplyDeleteAdhiero en un ciento por ciento José Luis.
Si hubo quién festejó esta muerte, así como hubo quienes fstejaron la muerte de Eva en su momento, es clara señal que la inyección de odio que se ha intentado inocular en la gran masa del pueblo no ha generado anticuerpos y en cambio ha penetrado la epidermis y se ha instalado en el organismo. Yo no me animo a llamarles "turros" porque el adjetivo se lo reservo a doña Hebe, la viuda sin marido muerto y la madre de desaparecidos sin desapariciones. Yo utilizaría una palabra más suave. Digamos "contagiados", personas que han sucumbido al ataque del virus que se ha tratado de desparramar en el país en estos últimos años y que gracias a Dios no se hizo epidemia.
ReplyDeletePor supuesto tampoco es custión de entrar en la otra. Ni tan peludo que no tenga ojos ni tan calvo que se le vean los sesos. Estamos leyendo panegíricos increíbles originados en seres más increíbles todavía. Hipocresía pura y concentrada.
Si un Juan Pérez se acerca al ataúd con lágrimas en los ojos, está en lo tolerable, pero que un individuo que hasta ayer lo maldecía ahora salga diciendo que "ha muerto un luchador", "se fue un político de raza", etc.,etc. me está diciendo que o hasta ayer mentía o miente ahora. O antes y ahora, que es lo más posible.
Un ser humano pasó de estar en el mundo a no estarlo. Punto. Es algo que sucede todos los días y nadie se arranca las vestiduras. Es para recordar una estrofa de Cadícamo:
"A todos les falta el naso
así empareja la muerte...
Tanto al que no se divierte
como al que nació payaso"
Que su familia esté compungida, es lo usual y a nadie puede molestarle. Yo no soy parte de esa familia y si bien no me alegro, tampoco se me ha alterado la vida.
Oia, me descubrieron.
ReplyDeleteOjo que lo de tocar bocina es una forma de expresión tan respetable como cualquier otra.
Es el mismo Lanata que justificó el ataque del 11 de septiembre, el mismo día de la masacre?
ReplyDeleteMuy bueno, JL, comparto. Parece mentira pero ya ni siquiera te puedes sentir aliviado de sacarte de encima semejante malparido.
ReplyDeleteJimmy, gracias.
ReplyDeleteMiguel, perfecto el Cadícamo y el párrafo que lo precede, suscribo 100%.
Néstor, decí que yo no encontré la bandera, que si no la colgaba en la puerta. Sin crespón negro.
Gastón, no conocía eso del 9/11 de Lanata. ¿Vos lo tenés en algún lado?
JL
Este hijo de puta tenía un programa de lunes a viernes, en 2001.
ReplyDeleteAquella noche, el malparido no lamentó la muerte de miles de personas, se dedicó a explicar que lo que sucedió aquella mañana era el resultado de las acciones de Estados Unidos, no de terroristas. Es decir, se lo merecían.
(Que no es distinto a tantos otros comentarios/pensamientos, entre ellos Alfonsin, que sacó una columna en La Nacion al dia siguiente diciendo lo mismo)
Ahora es un gordo bueno que pide clemencia por este otro hijo de puta?
Lanata siempre fue el mismo tereso, pero hace unos años se sumó tardíamente al club de los odiadotes de Kirchner y eso lo rehabilita.
ReplyDeleteYo sinceramente me alegré. No es por odio, es simplemente que se termina el peligro concreto que representa Kirchner para la libertad. Se que vendrán otros, pero este ya tenía recorrido buena parte del camino y además tenía una brillante malignidad.
ReplyDeleteLos que opinan que no hay que alegrase de la muerte de nadie son unos tontos o acaso Stalin, Franco, Fidel, Mao no justifican el brindis y los bocinazos.
Yo debo ser una mierda de persona, la muerte del pulpo Paul me dió más pena que la del sátrapa.
ReplyDeleteAna