Del lector Observatorio por mail (el título del post es suyo). Definitivamente de la sección “cosas que uno no espera encontrar nunca por acá”.
La justicia de Ontario acusa a un inmigrante chino, su cuñado y un empleado del mismo origen de agresiones y detención ilegal por haber detenido a una persona a la que descubrieron robando plantas de su negocio en el barrio chino de Toronto.
Hace 17 meses que el caso está en los tribunales y no se puede resolver, entre otras cosas, porque la provincia de Ontario no tiene ningún intérprete de mandarín acreditado. Estamos hablando del barrio chino de Toronto, uno de los más importantes del país.
Se trata de la misma provincia en la que hasta no hace mucho estaba en estudio un proyecto para aplicar la ley de la sharia.
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