A fin de mantener el voto de las masas semiocupadas de los grandes centros urbanos, el populismo precisa alimentos, transporte y energía baratos y salarios a un nivel tal que la baja productividad urbana-industrial no puede pagar. Para sostener este (des)equilibrio se apela a impuestos a las exportaciones primarias (campo y petróleo, que permiten comida, transporte y energía baratas) y un dólar alto para sostener al sector competitivo con las importaciones (industria que emplea a los subocupados). Estas medidas sólo sirven para incrementar la población urbana subocupada y con ello el poder de los políticos populistas que manejan las prebendas. El país pierde, ya que los sectores más eficientes son castigados fiscalmente y con ello se reduce la inversión más productiva. A la corta, el tamaño de la torta se reduce y se agrava el conflicto.
"…El error característico de los racionalistas constructivistas a este respecto estriba en que intentan basar sus argumentos en lo que se ha denominado la ilusión sinóptica, es decir, en la ficción de que todos los hechos relevantes son conocidos por alguna mente, y de que es posible construir a partir de este conocimiento de los particulares un orden social deseable. A veces la ilusión se expresa con un toque de conmovedora ingenuidad en los entusiastas de una sociedad deliberadamente planificada, como cuando alguno de ellos sueña con el desarrollo del “arte del pensar simultáneo: la capacidad de abordar a un tiempo una multitud de fenómenos interrelacionados, y de integrar en un solo esquema los atributos tanto cuantitativos como cualitativos de estos fenómenos”(Lewis Mumford). Tales sujetos parecen ignorar completamente que este sueño esquiva el problema central que plantea cualquier esfuerzo por comprender o conformar el orden de la sociedad: nuestra incapacidad para reunir como conjunto abarcable todos los datos que integran el orden social. Todos aquellos que están fascinados por los bellos planes que resultan de tal planteamiento porque son “tan ordenados, tan visibles y tan fácilmente comprensibles”(Jane Jacobs), son víctimas de la ilusión sinóptica y desconocen que estos planes deben su aparente claridad al hecho de que el planificador deja a un lado todos los hechos que desconoce”…" (Friedrich August von Hayek)
Pecando de ser reiterativo, es exactamente lo que hicieron los emperadores romanos (pan y circo) y lo que produjo la caída del imperio, no sin antes establecer la servidumbre de la gleba para mantener a la gente pauperizada lejos de la ciudad cuando ya Roma no dió abasto. Luego vinieron 1000 años de servidumbre, hambrunas, pestes, etc., etc..
La ilusión de sinopsis tuvo la 1ra baja: el Eternéstor. Creía que era lo mismo gobernar un país de 40mill con cierto desarrollo que una provincia de 200mil. empleados públicos.
El mejor resumen del “modelo” que leí hasta ahora:
ReplyDeleteA fin de mantener el voto de las masas semiocupadas de los grandes centros urbanos, el populismo precisa alimentos, transporte y energía baratos y salarios a un nivel tal que la baja productividad urbana-industrial no puede pagar. Para sostener este (des)equilibrio se apela a impuestos a las exportaciones primarias (campo y petróleo, que permiten comida, transporte y energía baratas) y un dólar alto para sostener al sector competitivo con las importaciones (industria que emplea a los subocupados). Estas medidas sólo sirven para incrementar la población urbana subocupada y con ello el poder de los políticos populistas que manejan las prebendas. El país pierde, ya que los sectores más eficientes son castigados fiscalmente y con ello se reduce la inversión más productiva. A la corta, el tamaño de la torta se reduce y se agrava el conflicto.
"…El error característico de los racionalistas constructivistas a este respecto estriba en que intentan basar sus argumentos en lo que se ha denominado la ilusión sinóptica, es decir, en la ficción de que todos los hechos relevantes son conocidos por alguna mente, y de que es posible construir a partir de este conocimiento de los particulares un orden social deseable. A veces la ilusión se expresa con un toque de conmovedora ingenuidad en los entusiastas de una sociedad deliberadamente planificada, como cuando alguno de ellos sueña con el desarrollo del “arte del pensar simultáneo: la capacidad de abordar a un tiempo una multitud de fenómenos interrelacionados, y de integrar en un solo esquema los atributos tanto cuantitativos como cualitativos de estos fenómenos”(Lewis Mumford). Tales sujetos parecen ignorar completamente que este sueño esquiva el problema central que plantea cualquier esfuerzo por comprender o conformar el orden de la sociedad: nuestra incapacidad para reunir como conjunto abarcable todos los datos que integran el orden social. Todos aquellos que están fascinados por los bellos planes que resultan de tal planteamiento porque son “tan ordenados, tan visibles y tan fácilmente comprensibles”(Jane Jacobs), son víctimas de la ilusión sinóptica y desconocen que estos planes deben su aparente claridad al hecho de que el planificador deja a un lado todos los hechos que desconoce”…" (Friedrich August von Hayek)
ReplyDeletePecando de ser reiterativo, es exactamente lo que hicieron los emperadores romanos (pan y circo) y lo que produjo la caída del imperio, no sin antes establecer la servidumbre de la gleba para mantener a la gente pauperizada lejos de la ciudad cuando ya Roma no dió abasto. Luego vinieron 1000 años de servidumbre, hambrunas, pestes, etc., etc..
ReplyDeleteEl socialismo y su historia de miserias.
¡Eso! ¡Eso! Dn. Hayek. El pecado de soberbia. La fatal arrogancia.
ReplyDeleteLa ilusión de sinopsis tuvo la 1ra baja: el Eternéstor. Creía que era lo mismo gobernar un país de 40mill con cierto desarrollo que una provincia de 200mil. empleados públicos.
ReplyDeleteEl aprendiz de brujo se desilusionó, crepó.
Don Pero, ¿no se dio maña para aplicar a nivel nacional el mismo modelo de Santa Cruz?
ReplyDeleteSi. Por supuesto. Un exitoso(sic). Muerto
ReplyDelete(muy probablemente antes de tiempo).