Basta leer el Facundo para darse cuenta de lo antiguo que es y de lo difícil de la solución.
Argentina es uno de los países más centralizados del mundo. Todo o casi todo pasa por Buenos Aires. Las dos ciudades que le siguen en importancia al conurbano bonaerense tienen solo el 10% de la población de aquel. La segunda provincia en cantidad de habitantes tiene los mismos que la Capital. Buena parte del interior es despoblado y desaprovechado económicamente.
Y seguirá siendo así si no se rompe con la terrible influencia del estado en todas las decisiones, si se siguen recaudando los impuestos centralizadamente, si el estado nacional se queda con el 35% del precio de los productos agrícolas haciendo que en los pueblos de la pampa húmeda sea difícil hacer una red cloacal o tener agua realmente potable, y ni que hablar en las zonas marginales donde la soja a precio pleno haría posible la explotación, es decir la generación de riquezas pero que con el precio reducido vía retenciones la ecuación no cierra. ¿Cómo tener una explotación ganadera importante si el negocio depende de los caprichos de tipos como Moreno y la botóxica?
Lo que hemos dicho siempre: cómo crecer y desarrollarse con un estado que quiere fijar el precio del zapallito redondo pero es incapaz de asegurar mínimas condiciones de seguridad y mínimo respeto por la ley.
Miguel
(Viene de acá)
Yo soy de los que creen que sacándole el estado de encima a la gente, lo de la población se arregla (o mejora) solo.
ReplyDeleteCanadá también y no le va tan mal, ni hablar de Australia.
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