La Casa Xochiquetzal es un hogar de ancianos para prostitutas, que se estableció en el barrio de Tepito, en la ciudad de México, y se llama así por la diosa azteca del amor y la belleza.
El centro fue fundado en 2007 por la ex prostituta Carmen Muñoz, impactada por la cantidad de viejas trabajadoras sexuales que vio durmiendo en la calle. Y no fue nada fácil.
Le tomó años de presionar y hacer lobby para obtener el apoyo del gobierno y los medios locales. Andrés Manuel López Obrador, por aquel entonces alcalde de la ciudad, le dio una casa en ruinas del siglo XVIII, que ella transformó en lo que es hoy un hogar para 23 ancianas que alguna vez fueron prostitutas, con capacidad para albergar a 45 mujeres.
Aparte de haber sido meretrices tienen que cumplir con una condición: deben tener al menos 60 años. Resulta interesante saber que muchas mujeres eligen seguir practicando el trabajo más antiguo del mundo aunque ya no sean requeridas como cuando estaban en su plenitud.
En la mayoría de los casos, han sido vendidas desde pequeñas e introducidas en la prostitución a la fuerza, sin mantener contacto alguno con sus familias, nunca más.
Aunque todavía pueden trabajar, hay poco dinero comparado con el que ganan las jóvenes, y por eso no pueden sobrevivir por sí mismas. Así que la Casa Xochiquetzal les viene como una bendición.
Aunque se divierten y parecen vivir felices, casi todas tienen un dejo de tristeza en su rostro, especialmente cuando se acuerdan de sus hijos, quienes apenas recuerdan que ellas todavía existen y no las van a visitar.
Los hijos no las van a visitar ? Que hijos de... ahmmm wait a minute...
El que escribe estas notas en Crónica es un maestro, merece el Nobel de literatura.
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