Con mucho esfuerzo nos convertimos en un país anti-americano (porque odiar a los yankees es odio bueno, no es xenofobia) y ahora se quejan de que el presidente de USA no viene a Argentina,
no hay pito que les venga bien:
Malestar en el Gobierno con Obama por no venir al país
La Casa Rosada cree "injusto" que el presidente de EE.UU. viaje a Brasil y a Chile, pero no a la Argentina
No se puede creer. En lugar de festejar, se quejan. ¿Quién los entiende? Ni siquiera muestran orgullo. Yo, en su lugar, ignoraría el asunto completamente. Es en este tipo de cosas en las cuales muestran la hilacha. Es el complejo de inferioridad de CFK. Ya lo dijo Seneca: “En las pequeñas cosas podemos encontrar pruebas de la índole de un carácter”. Sldos. NP
ReplyDeleteNo se puede creer.
ReplyDeleteY no sólo es injusto para el gobierno, piensen en los pibes de Quebracho, que se pierden el justificativo de romper los vidrios del McDonals's que está frente al obelisco (no, si son revolucionarios bravos).
Vieron, al final, el único que nos quería era Bush.
Más del tema.
ReplyDeleteEl argentino medio es antinorteamericano por envidioso y no una por otra causa objetiva.
ReplyDeleteLa ENVIDIA es un impulso que puede estar presente en todos los seres humanos, sin embargo, hay mucha gente que logra transformarla en ADMIRACIÓN, permitiéndose el aprendizaje. El envidioso persistente no quiere aprender, no se compromete con su destino, elige victimizarse, haciendo responsable al otro de su propia INCOMPETENCIA para dialogar con la realidad. Un CHANTA. Un IGNORANTE que, a veces, es muy ilustrado, pero sigue siendo un CHANTA. Un VERSERO.
Por supuesto que si le preguntás te va salir con un sinnúmero de excusas que han sido convenientemente explotadas por el socialismo de todo cariz para llevar agua para su molino y que incluso ustedes, muchas veces señalan con sorna: "se roban nuestras riquezas". Sin embargo, elegí cualquiera de sus argumentos y no se sostiene más que como una excusa para justificar su envidia, resentimiento y holgazanería.
El envidioso se mide a sí mismo en relación a los contrastes con los logros de los demás y no respecto de los propios. Es el otro al que considera exitoso el "patrón de su vida" y no su propio éxito en relación al medio en el que eligió vivir.
Lo que sostengo es muy distinto que la COMPETENCIA de FINES porque la competencia implica compromiso y trabajo con la realidad y el envidioso sólo está comprometido con la queja y su IMPOTENCIA. Eso sí, se cuelga al carro de cualquier aventurero más chanta que él que le prometa el más rápido atajo al éxito fácil.
Esa es mi explicación a la conducta a la que hace referencia el post y que explica también, en mi opinión, la vacuidad de propuestas de la clase política argentina desde que se anotó en la rueda de perdedores.