Yo estoy convencido de que cae de maduro que los intercambios de bienes y servicios voluntarios, los que tienen lugar porque les conviene a las partes, son siempre más justos y generan mayores eficiencias que los que se dan a la fuerza, obligados por el poder coercitivo del estado.
Es una tara que tengo, lo admito.
Entiendo que haya mucha gente que no lo comparta, en gran medida porque considera que las personas de a pie son tontas y no saben lo que les conviene.
Lo que no me entra en la cabeza es que alguien se ofenda y reaccione con insultos por escuchar que alguien más sostiene que vivir con más libertad es mejor que vivir con menos libertad.
Coincido 100% con Ud., Louis. El problema es que en Argentina, el 90% de la población prefiere vivir de la teta del estado, sea este municipal, provincial y nacional. La familia tipo de la clase media se compone de la siguiente manera: él trabaja en la actividad privada, ella, en la administración pública, pero no cumple el horario completo porque como llega tarde, para compensar, se va temprano (ineficiencia que pagamos todos, por supuesto); los chicos van a colegio privado lo más barato posible y van a inglés particular; ya en edad universitaria, cursarán psicología o ciencias sociales, "para devolverle a la sociedad todo lo que ella les dio". En fin, la clase media es prebendaria y JAMÁS va a escupir para arriba. Argentina es inviable y no hay esperanza alguna. Todo es un triste devenir, sin límite ni horizonte. Saludos. NP
ReplyDeletepiel naranja
ReplyDeletePiel de pollo.
ReplyDeleteEse culo tiene frío.
F.
Es por la falta del sombrero.
ReplyDeleteCuando dices "es mejor vivir con más libertad", deberías asegurarte de llevar sombrero de copa en ese momento, y a ser posible fumar habano. También ayuda que tengas una sonrisa cruel y pérfida. Si te falta todo eso, resultas demasiado difícil de procesar. A nadie le agrada lo que se sale de sus prejuicios.
Nico, la mayoría de los argentinos sabe perfectamente que el estado los garcó siempre y que lo va a volver a hacer a la primera de cambio, pero prefieren el fracaso seguro del estado a la posibilidad de éxito sin estado.
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