Y es que somos un país adolescente. El kirchnerismo nos ha dejado sin adultos: los que mandan ahora son los pendejos -o viejos que se hacen los pendejos-. Los que viven como adolescentes, se comportan como adolescentes y hablan como adolescentes. Tal vez esa fue la principal victoria cultural del kirchnerismo, hacernos retroceder como país a la pubertad.
Un ejemplo es esto:
Desde La Salada reconocieron que el 40% de la mercancía es falsificada
"Norteamérica no puede cuestionar a nadie si los delincuentes más grandes del mundo son ellos", afirmó Jorge Castillo, administrador de la feria, tras el informe de Estados Unidos que la incluyó en una lista de "mercados irregulares"
La respuesta de este tipo sintetiza aquello en lo que nos convertimos. Si te debo 500 mangos y venir a reclamármelos, te puedo decir "no te los devuelvo, porque vos le robás el diario a tu vecino los domingos y además una vez te fuiste sin pagar de un restaurante".
Y es una respuesta válida.
Gabo
(Más del tema)
Como decía Asís hace unos años, la ética del cliente del sastre, que no le paga los trajes y encima pretende decirle cómo tiene que manejar la sastrería.
ReplyDeleteYo banco a La Salada por que no alimenta al Leviatán, anarcocapitalismo en acción.
ReplyDeleteLa salada es la respuesta natural del mercado a las miles de regulaciones e impuestos. Y si hablamos de falsificar empecemos a hablar del Banco Central que imprime papelitos de colores respaldados en aire y nos quiere convencer de que eso es dinero.
ReplyDeleteMartín,
ReplyDeletela Salada no alimentara al Leviathan por derecha, pero por izquierda te aseguro que de ahí está prendido medio mundo. Sí están claras las causas tal y como las decís -y como las explica Hernando de Soto en "El otro sendero"-.
PD. Merci Louis por publicar el comment.
Gracias a vos, Gabo. Hágale nomás cuando quiera.
ReplyDeleteAlguna vez lo comentamos por acá. Hace falta cambiar las leyes para eliminar toneladas de regulaciones, trabas e impuestos absurdos. Pero no se puede seguir viviendo al margen de la ley.
ReplyDeleteLo que pasa es que mas allá de los que delinquen en La Salada y venden cosas truchas hay otros que laburan en serio y no tienen tiempo de esperar que venga un gobierno mas o menos como la gente a eliminar las trabas e impuestos, o laburan ahí o se mueren de hambre, la alternativa es salir a corear o ser esclavo del puntero kirchnerista de turno para cobrar alguna migaja.
ReplyDelete¿Cuál es el principal motivo del éxito de The Salty One?
ReplyDeleteHaber sido capaces de sacarse al estado de encima.
Imaginemos por un momento que lo que es la ilegalidad y la informalidad se convirtiera en la legalidad y la formalidad, que los argentinos tuvieran la libertad de dedicarse a producir en lugar de buscar la manera de escapar de la voracidad estatal, que TODA la economía argentina pudiera funcionar con el mismo nivel de libertad y carga impositiva de “La Salada”.
Seríamos Hong Kong, Luis.
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