Me atrevería a cambiar algo en el título: "La imagen que tienen las mujeres de su cuerpo está más relacionada con las opiniones de LAS demás que con el peso"
concuerdo con Laura! y agrego: son los hombres que dejan huella en nuestras vidas los que pueden rescatarnos de esa imagen... (imagen qeu a veces se corresponde con la realidad y a veces no)
Totalmente de acuerdo Dolores, cuando las mujeres dejemos de subestimar la mirada de los hombres, vamos a sentirnos más relajadas y satisfechas. Claro que no podemos evitar la admiración que las “mujeres perfectas” despiertan sobre ellos, pero somos nosotras, las mujeres, las que valoramos cánones que ellos ni tienen en cuenta a la hora de elegir. Ningún hombre nos mirará los zapatos, ni criticará si el vestido ya lo hemos usado en otra oportunidad. Ningún hombre se detendrá (sólo) en las medidas perfectas si, en los mejores momentos, sabemos despertar una sonrisa o compartir una idea, o debatir otra.(qué cursi, jaja) El día que aprendamos a disfrutar las diferencias y en función de ellas comprender que lo importante es esa mirada y no la de la competencia con las otras, seguramente entenderemos muchas más cosas. Nuestro problema somos nosotras mismas.
En parte si.
ReplyDeleteMe atrevería a cambiar algo en el título:
ReplyDelete"La imagen que tienen las mujeres de su cuerpo está más relacionada con las opiniones de LAS demás que con el peso"
concuerdo con Laura! y agrego: son los hombres que dejan huella en nuestras vidas los que pueden rescatarnos de esa imagen... (imagen qeu a veces se corresponde con la realidad y a veces no)
ReplyDeleteTotalmente de acuerdo Dolores, cuando las mujeres dejemos de subestimar la mirada de los hombres, vamos a sentirnos más relajadas y satisfechas.
ReplyDeleteClaro que no podemos evitar la admiración que las “mujeres perfectas” despiertan sobre ellos, pero somos nosotras, las mujeres, las que valoramos cánones que ellos ni tienen en cuenta a la hora de elegir. Ningún hombre nos mirará los zapatos, ni criticará si el vestido ya lo hemos usado en otra oportunidad. Ningún hombre se detendrá (sólo) en las medidas perfectas si, en los mejores momentos, sabemos despertar una sonrisa o compartir una idea, o debatir otra.(qué cursi, jaja)
El día que aprendamos a disfrutar las diferencias y en función de ellas comprender que lo importante es esa mirada y no la de la competencia con las otras, seguramente entenderemos muchas más cosas.
Nuestro problema somos nosotras mismas.