Por supuesto el tornado en Joplin de la semana pasada fue la gran noticia. Y como toda gran noticia, fue tomada como rehén por los delirantes de siempre. El típico maestro, profesor, pensador amateur abre el diario y toma el análisis del experto como ostia licuada: "estos desastres naturales deben tener algo que ver con el global warming, nunca antes tuvimos problemas de esta magnitud, se vienen peores". Y la torpeza intelectual, el no indagar, el no ir más allá deja siempre mal parado al observador de salón.
Don Boudreaux hace lo que no hace ninguno de estos payasos. Primero, estudia la cuestión. Pero no se queda ahí, luego de refutar y poner en ridículo al Krugman que todo progre lleva adentro, pone la billetera donde pone el pico. Y le manda un desafío público a los payasos de siempre.
Krugman o Gore aceptarán la apuesta? Yo apuesto que no.
So confident am I that the number of deaths from violent storms will continue to decline that I challenge Mr. McKibben—or Al Gore, Paul Krugman, or any other climate-change doomsayer—to put his wealth where his words are. I'll bet $10,000 that the average annual number of Americans killed by tornadoes, floods and hurricanes will fall over the next 20 years. Specifically, I'll bet that the average annual number of Americans killed by these violent weather events from 2011 through 2030 will be lower than it was from 1991 through 2010.
If environmentalists really are convinced that climate change inevitably makes life on Earth more lethal, this bet for them is a no-brainer. They can position themselves to earn a cool 10 grand while demonstrating to a still-skeptical American public the seriousness of their convictions.
But if no one accepts my bet, what would that fact say about how seriously Americans should treat climate-change doomsaying?
Do I have any takers?
Lo van a acusar de trivializar un tema tan importante para el futuro de la humanidad como el global calenting.
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