Jul 22, 2011
En cierta media es comprensible que mucha gente en países como Canadá o Suecia se entusiasme pensando que el gobierno/estado es una entidad casi mágica, todopoderosa, capaz de solucionar todos nuestros problemas. Después de todo, nunca han tenido oportunidad de sufrir en carne propia los peores excesos del poder discrecional de los funcionarios.
Ahora, con el tremendo historial del país en la materia, lo que realmente no me entra en la cabeza es que todavía queden argentinos que sigan dispuestos a comprar estos buzones:
El gobierno no es una entidad superior súper competente, como quería hacer creer a la gente el hombre que se hacía pasar por el Mago de Oz. Es una organización coercitiva de hombres y mujeres limitados, imperfectos y esencialmente ignorantes que, al haber sido ungidos en una elección después de prometer cualquier disparate durante la campaña política, son lo suficientemente presuntuoso como para creer que son capaces de tomar decisiones sabias en nuestro nombre.
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Hay que agregar que el estado, por sus características es, además, un imán para psicópatas.
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