Si no es la principal víctima del saqueo, debe estar entre las primeras.
Si la Argentina fuera un país normal lo lógico hubiera sido que el candidato del régimen perdiera por paliza. Como la Argentina no lo es, sorprenden gratamente los resultados.
Vamos a ver cómo sigue la cosa en Córdoba (dicen que el kirchnerismo pierde), Buenos Aires y la segunda vuelta de la Capital Federal.
En realidad lo que pasa en Córdoba es que el kakismo no lleva candidato propio y ninguno de los que hay se puso del lado de la Vaca Estúpida.
ReplyDeleteSe suponía que de la Sota iba a ser el testaferro de la Yegua en Córdoba, pero le hizo un corte de manga después de que le quisieran mandar por fax unas listas de candidatos a legisladores y concejales repletas de camporitas.
A pesar de esto, de lo que hay en Córdoba sería preferible que igual perdiera de la Sota; es un peronista y con lo que pasó en Chubut con el pollo de Das Neves que ganó como opositor pero se volvió kirchnerista a los pocos días nos queda bien clara la coherencia de los pejotistas.
Hay un buen análisis de las elecciones en Santa Fe en La Nación de hoy, a cargo de esa señora que no le dejó a Barone meterse con ella:
ReplyDeletehttp://www.lanacion.com.ar/1392222-una-votacion-rarauna-votacion-rara
Pregunta:
¿El porcentaje de gente que vota al kirchnerismo en las distintas circunscripciones representa el porcentaje de gente que vive a costa de los demás?
Claudio.
En Córdoba, sin candidato es imposible que ganen, aunque me atengo a lo que dice Payne con De la Sota. En BsAs seguramente ganará Scioli, y en la segunda vuelta hay que ver por cuánto es la paliza de Macri sobre Filmus. Yo espero arriba de un 60%.
ReplyDeleteClaudio, al menos en Santa Fe, ese porcentaje es aun mayor si tomamos en cuenta a los socialistas, que son gobierno de turno y han sumado a una cantidad de empleados públicos inusitada.
Una amiga que trabajó como pasante en la Municipalidad de Rosario -distrito que lleva 20 años en manos socialistas- me contó que a la hora de calcular los sueldos, la nómina era gigantesca, pero la gente que iba a trabajar era ínfima. Así estamos. Cobran 20 pero laburan 3. Mientras la soja siga arriba y la plata dulce siga entrando, la fiesta continúa.
Emilio.