Escrito en 1982. El país, como pocos, eligió ser pobre:
En numerosos casos el precio internacional de los productos primarios ha tenido tendencia a aumentar con relación al precio de los productos manufacturados, de manera que con el paso del tiempo la carne de res, o el trigo, que son las exportaciones tradicionales de la República Argentina, han aumentado más en valor, en el comercio internacional, que los tractores o las computadoras. Fue la política económica de sucesivos gobiernos argentinos, despectiva de la producción primaria y empeñada en perseguir una ilusoria autarquía industrial, y no ningún deterioro en los términos de intercambio, lo que hizo vibrar la economía argentina, de una promesa superior a las expectativas de países de economía semejante, como el Canadá, Australia o Nueva Zelandia, al estado de distorsión virtualmente irremediable en que la dejó el segundo gobierno peronista. Significativamente fue Perón quien, a su regreso en 1973, tras casi veinte años de exilio, declaró que la Argentina era ahora "Tercer Mundo", en triste sustitución del proyecto de modernización y equiparación con los países punteros de Occidente que habían razonablemente concebido y parcialmente llevado a cabo los dirigentes de ese país en la segunda mitad del siglo pasado y comienzos de éste.
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