Esas promesas son propias de las utopías colectivistas.
¿Cuál es la premisa central de los partidarios de las ideas de la libertad? Que los intercambios voluntarios son más morales y eficientes que los coercitivos. Listo, eso es todo. Bajen la cortina y paren de contar.
El éxito, si llega, a nivel personal o social, dependerá de la capacidad y las ambiciones de cada uno.
En cambio, garantizar el fracaso es mucho más fácil. Sólo basta con asignar recursos sin un sistema de precios.
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