Ojo que, sumando, en Chile hay un 50% de izquierda -desde comunistas a socialdemócratas- bastante pesado. De hecho vean los porcentajes de la última elcción presidencial. Todavía pueden cagarla.
Me llama la atención: Estas manifestaciones ocurrieron siempre. Hasta se las hicieron a Bachelet que reprimió como siempre (Como Frei, como Pinochet: Nucna hubo mucha diferencia). Pero a nadie anteriormente le habían "insistido" tanto, durante tanto tiempo. A los presidentes progres, como son del palo les hacen menos quilombo. Ni los medios se habían ocupado de esta manera, era una notita de un día, a lo sumo dos.
Hay muchos argentinos profesionales que emigraron últimamente a Chile -por los motivos que enuncia AO. Tengo a Chile en vistas y el porcentaje de izquierdismo duro -ya no progresismo argento- me da recelo.
Claudio, comparto gran parte de tu comentario. No deja de llamarme la atención el hecho de que a Piñera, que no es de izquierda, le hacen más quilombo que a presidentes de la Concertación. Y el voto del Partido Comunista muchas veces termina, en caso de una segunda vuelta, en manos de la centroizquierda.
Pero el artículo de Andrés Oppenheimer me parece más realista porque él ha estado allá en estos últimos días, con lo cual pudo obtener una impresión del tema en forma personal y no a la distancia, a diferencia de nosotros.
Me gustó este editorial en Investors.com, comparando la inacción de Piñera con lo que hizo Reagan durante las protestas comunistas en Berkeley en los 60's
En Chile encontraron una veta para joderlo a Piñeira, piensan profundizarla, hacer palanca y hacerlo saltar por los aires. Vieja táctica de la izquierda.
Recuerdo las palabras de Reagan con respecto a los "disturbios de Berkeley": "Si va a producirse un derramamiento de sangre es mejor que se produzca ahora". No, si no se andaba con chiquitas en estos casos.
Esperemos que Piñeira lo maneje bien y le quite la fuerza a esto. Aunque después pueden tener otra "excusa" con otro tema y, así, no dejarlo gobernar positivamente y desgastarlo.
Ojo que, sumando, en Chile hay un 50% de izquierda -desde comunistas a socialdemócratas- bastante pesado. De hecho vean los porcentajes de la última elcción presidencial.
ReplyDeleteTodavía pueden cagarla.
Me llama la atención: Estas manifestaciones ocurrieron siempre. Hasta se las hicieron a Bachelet que reprimió como siempre (Como Frei, como Pinochet: Nucna hubo mucha diferencia).
Pero a nadie anteriormente le habían "insistido" tanto, durante tanto tiempo. A los presidentes progres, como son del palo les hacen menos quilombo. Ni los medios se habían ocupado de esta manera, era una notita de un día, a lo sumo dos.
Hay muchos argentinos profesionales que emigraron últimamente a Chile -por los motivos que enuncia AO. Tengo a Chile en vistas y el porcentaje de izquierdismo duro -ya no progresismo argento- me da recelo.
Creo que en cualquier momento lo arruinan.
Claudio.
Claudio, comparto gran parte de tu comentario. No deja de llamarme la atención el hecho de que a Piñera, que no es de izquierda, le hacen más quilombo que a presidentes de la Concertación. Y el voto del Partido Comunista muchas veces termina, en caso de una segunda vuelta, en manos de la centroizquierda.
ReplyDeletePero el artículo de Andrés Oppenheimer me parece más realista porque él ha estado allá en estos últimos días, con lo cual pudo obtener una impresión del tema en forma personal y no a la distancia, a diferencia de nosotros.
Andrés
Me gustó este editorial en Investors.com, comparando la inacción de Piñera con lo que hizo Reagan durante las protestas comunistas en Berkeley en los 60's
ReplyDeleteEn Chile encontraron una veta para joderlo a Piñeira, piensan profundizarla, hacer palanca y hacerlo saltar por los aires. Vieja táctica de la izquierda.
ReplyDeleteRecuerdo las palabras de Reagan con respecto a los "disturbios de Berkeley": "Si va a producirse un derramamiento de sangre es mejor que se produzca ahora".
No, si no se andaba con chiquitas en estos casos.
Esperemos que Piñeira lo maneje bien y le quite la fuerza a esto.
Aunque después pueden tener otra "excusa" con otro tema y, así, no dejarlo gobernar positivamente y desgastarlo.
Veremos.
Claudio.