Es lo que consumen los putos de Greenwich Village. Hace mucho me llevé un ejemplar del diario "Village Voice" y la nota principal era de unos tipos que tomaban semen en tacitas de Starbucks, y decian que podian diferenciar en el sabor si el donante era gay o no.
Yo no veo enfermedad, tampoco explotación, veo libre intercambio entre personas libres y responsables, no hay ni engaño ni coacción, a mi me parece algo asqueroso, pero es una apreciacion puramente personal, mucho pero me paracen los musulmanes extirpandoles el clítoris a nenas de 12 años, eso si es explotación.
Que asco.
ReplyDeleteEs lo que consumen los putos de Greenwich Village. Hace mucho me llevé un ejemplar del diario "Village Voice" y la nota principal era de unos tipos que tomaban semen en tacitas de Starbucks, y decian que podian diferenciar en el sabor si el donante era gay o no.
ReplyDeleteEsta gente enferma explota a los enfermos que están peor que ellos mismos.
ReplyDeleteLa imaginación puede tener límites, la realidad nunca.
Yo no veo enfermedad, tampoco explotación, veo libre intercambio entre personas libres y responsables, no hay ni engaño ni coacción, a mi me parece algo asqueroso, pero es una apreciacion puramente personal, mucho pero me paracen los musulmanes extirpandoles el clítoris a nenas de 12 años, eso si es explotación.
ReplyDeleteMucho peor quise decir.
ReplyDeleteEl menú preferido de Zaffaroni, a juzgar por sus propios emails
ReplyDeleteClaro, comés eso y empezás a creer que el gasto del estado es inversión.
ReplyDelete¿La foto de tapa es de un flan con dulce de... ¡no!
ReplyDeleteeuuuuuu que asquete ... la famosa leche de mípalo
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