Hay una increíble cantidad y variedad de programas, becas, subsidios, iniciativas, ayudas y demás, muchas veces superpuestas, a nivel federal y provincial, para apoyar la creación y salida al mercado de empresas de todo tipo, con especial énfasis en las de tecnología.
Hace unos días, en una conferencia sobre el área de la biotecnología, un expositor comentaba sobre el fenomenal despilfarro en el sector. Hay un programa del gobierno federal para comprar y regalar equipos sofisticados, de centenares de miles o millones de dólares, a estas compañías. Las compañías los aceptan para no perder los subsidios y, como no tienen presupuesto para contratar ni capacitar a personal para utilizarlos, terminan arrumbados en pasillos y depósitos hasta que se vuelven obsoletos.
Pero bueno, no es para tanto. Después de todo sólo se trata de plata de los contribuyentes.
Hace un par de años en Bolivia, un boliviano amigo me contaba del quilombo que se había armado porque Evo les había regalado maquinaria agrícola a collas paupérrimos con sus campitos ancestrales.
ReplyDeletePero ese no era el quilombo. Esas eran las buenas intenciones que, como todos sabemos, siempre son reventadas por la realidad.
Y la realidad fue que los pobres campesinos no tenían ni idea de qué hacer con esas máquinas. Pero los menonitas sí. Así que los campesinos se las vendieron (o los menonitas las compraron, pero es lo mismo) por 4 mangos con 50 y todos contentos.
¿Todos? No. Cuando el tema llegó al gran público fue que el gobierno, habiendo quedado como pelotudo, tomó cartas en el asunto y AHI vino el quilombo.
Juguito de Latinoamérica.
JL
De más está decir que acá los malos de la película son los menonitas.
ReplyDeleteJL