Si el 90 y pico por ciento de los candidatos propone lo mismo, podemos concluir de que la gente de a pie no demanda otra cosa:
La Argentina moderna, limpia y transparente, abierta y plural, respetuosa de sus ciudadanos, inserta en las corrientes mundiales de inversión, comercio, tecnología, globalización democrática con instituciones basadas en la ley y el protagonismo de las personas comunes, la vigencia universal de los derechos humanos y la solidaridad con quienes que luchan por salirse de dictaduras inhumanas, no está presente con nitidez en este proceso electoral. No hay entre nosotros un Ricardo Lagos, un Fernando Henrique Cardoso, una Bachelet, un Tabaré. Ni un Lula, ni un Mujica.
Y para la Argentina vieja, cerrada, corrupta, autoritaria, corporativa, clientelar, intolerante y prebendaria, es decir la Argentina del “modelo” que persistirá mientras existan rentas ajenas para confiscar, la sociedad está entendiendo, posiblemente con razón, que su mejor alternativa de gobierno es la que ofrece el oficialismo.
Louis, acá voy a citar a Say, diciendo que la oferta genera su propia demanda.
ReplyDeletePasa que la libertad y un estado chico no da lugar a que acomodes a tus amigos, a tus primos, que te den un chofer, 3000 kilos de café en el congreso, etc.
Además, con el sistema fiscal que hay hoy en día, ya no necesitan de los votos. Andá a remover a un funcionario público!
Hay que ofertar Libertad, hasta que la gente la compre!
Me siento como si viviera en un edificio, donde las decisiones se toman votando en la reunión de consorcio.
ReplyDeleteYo voy a la reunión con la idea de que falta hacer limpieza y mantenimiento en el edificio, y llego, y mis vecinos no ven lo mismo. Consideran que no hace falta gastar plata en detergente, y que por ahora los ascensores andan, así que no vale la pena que los vea un técnico. En su lugar, prefieren usar los fondos comunes para comprar unos parlantes para poner música en la entrada hasta la 3 de la manaña. En siguientes reuniones votan por hacer unos graffitis, y comprar unas luces raras.
Yo sigo insistiendo con la necesidad de limpiar y pintar, y agrego renovarle la ropa al portero. Pero mis vecinos tienen ideas mejores: el portero necesita unos tatuajes, lo van a motivar más.
Mientras tanto un ascensor se cae y se destroza, y le ponen un cartel para avisar que no anda. Por suerte no se lastima nadie esta vez. Pero no llegan a considerar una reparación, porque tienen otras prioridades.
El tiempo pasa y algunso vecinos no soportan más al edificio, y se mudan. Justo son los que mejor te caían: la familia con chicos que van al colegio, y otros vecinos que aprecian la tranquilidad, y en las reuniones votaban a favor del detergente.
Una cosa que vas notando en las siguientes reuniones es que cuando todo empezó estabas medio solo con tus prioridades, pero ahora cuando las tratas de exponer ni siquiera te entienden lo que decís. Porque qué segundas intenciones tenés cuando pedís que se cambien los focos de luz de la entrada para que se vea bien?
El edificio estaba bueno, tu casa te gusta, el barrio es lindo. Es fácil revertir el deterioro del edificio pero tienen que decidir hacerlo sus dueños, tiene que ser su objetivo, sino no se hace. Te parece increíble que la única opción que tengas para vivir en forma normal sea mudarte.
Creo que es lo que quiere decir José Benegas cuando dice: debajo de la mugre hay un país.