Confieso que estas cosas me superan ampliamente

En los 90, cuando estábamos mal y no teníamos dignidad, no pasaba un día sin escuchar a la progresía nacional y popular remachando que el aumento de la inseguridad en el país en esos años era una consecuencia directa de la pobreza y exclusión social que generaban las políticas neoliberales salvajes de Menem y sus acólitos, que disfrutaban con el sufrimiento del Pueblo.

Maravillosamente, ante la explosión sin precedentes de crimen violento que tiene lugar desde la vuelta de la Argentina populista, ya nadie se acuerda de la relación que supuestamente existe entre pobreza y criminalidad. Ya no es fashion, ¿viste gorda?

De la misma manera, en los malditos 90, épocas de entreguismo apátrida, toda casucha que aparecía en algún lugar de la CF y/o GBA era inmediatamente atribuida a la miseria y marginalidad que generaban las políticas capitalistas salvajes de Menem y demás agentes de la CIA que estaban en el poder en el país.

Maravillosamente, ante la explosión sin precedentes de la cantidad de villas miseria que se viene dando desde el golpe a De la Rúa, ahora ya nadie habla de la cantidad de asentamientos precarios como indicador de pobreza y marginalidad. Es más, los fanáticos del “modelo” ahora te cuentan que en la Argentina nacional y popular, debido a la magia populista, las villas miseria se multiplican porque a la gente cada vez le va mejor.

Es así, jóvenes argentos, los colectivistas lo saben de antemano: el colectivismo no genera pobres. Y si los genera, los pobres del colectivismo son menos pobres, más dignos y con mayor inclusión social que los de la economía de mercado.