I
Ser argentino, amigos, es amarga dulzura: una triste alegría, novedosa y antigua. Es orgullo modesto, rutinaria aventura; un discreto arrebato y una certeza ambigua.
Ser argentino, amigos, es una pena exigua y un gozo indefinido; es memoria futura, predicción del pasado, separación contigua y andar tras una meta luminosa y oscura.
Es un cierto coraje y una cierta ternura; es revuelo de arcángeles y marcha de estantigua. Ser argentino, amigos, es una empresa dura.
Es una condición que a veces se atestigua con gesto vacilante o con frase segura; es una fe obstinada que el cansancio amortigua.
II
Ser argentino, amigos, implica una armonía secreta que se entabla con la gente y las cosas. Con la gente y las cosas de acá. Y es compañía que arraiga en entrañables razones misteriosas.
Ser argentino, amigos, anuda dolorosas coyundas y comporta un lazo de alegría que me une a cierta rosa, distinta de otras rosas por saber con certeza que esa rosa es mía.
¿No es verdad, Principito? Sin embargo sería inexacto fundar el nexo en cuidadosas opciones racionales o en mera simpatía
Son ataduras leves y a la vez poderosas, en virtud de las cuales nuestra rosa sería la más bella entre todas las rosas más hermosas.
III
Ser argentino, amigos, es algo que acontece, es algo que se aprende y después no se olvida. Es un temple del ánimo y una emoción que crece; es una decisión, vigilante o dormida.
Es advertir de pronto nuestra alma conmovida
al oir un galope que la tarde estremece o aspirar un aroma de tierra humedecida o al ver una bandera que en el aire se mece.
Ser argentino, amigos, consiste, me parece, en sentirse partícipe de una guerra perdida y pese a la derrota mantenerse en sus trece.
Es conservar jirones de gloria compartida y es saber que algún día, si el motivo se ofrece, debemos jugarnos, sobriamente, la vida.
Juan Luis Gallardo, 1985
... un lazo de alegría que me une a cierta rosa, distinta de otras rosas por saber con certeza que esa rosa es mía.
ReplyDeleteEn Argentina, la rosa es tuya a menos que otro la necesite más, en cuyo caso te será confiscada para el plan "Rosas para Todos".
No estoy tan seguro de que exista ahora un "ser argentino". Sesenta años atras, te lo acepto. Pero ahora, quien es el argentino del poema ? Los wachiturros ? Un "poblador originario" que se garca de hambre en la selva ? Perez Companc ? Hebe ? Pachano ? Moyano ? Alfano ? Mendiguren ? El nazi de Fontova ? El 53% que votó a Kristina ? Yo ?
Esto es lo mismo que pasó en EEUU, donde se originó el "melting pot", término que ha caído en desgracia y fue reemplazado por "mosaic of identities".
Ademàs, a mi me importan los individuos, y no las masas ni las definiciones colectivistas. Que quieren que les diga.
No es orgullo, pertenencia o identidad.
ReplyDeleteSer argentino da pena.
Viva la Apatria.
ReplyDelete¡Genial lo de Martín! Te lo robo... o mejor dicho: te lo expropio y lo comparto con el pueblo.
ReplyDeleteMike:
Digamos que "mosaico de identidades" queda mejor que el despectivo "revoltijo de pijas".
Don Freeman.