Nov 30, 2011

¿Cuánto hay que retroceder para encontrar un nivel de consenso similar sobre un proyecto de país?

Muchos me dicen que en realidad lo que no tiene de clientelismo lo tiene de adhesión comprada o rentada a base de subsidios y prebendas de todo tipo, financiadas con los ingresos confiscados a los productores agrícolas. Puede ser. Pero para los fines prácticos, es lo mismo.

Lo más parecido que me acuerdo de mi vida con uso de razón es la invasión a las Malvinas, cuando hasta los que ya tenían las pelotas por el piso con el régimen militar, de golpe y porrazo se volvieron fanáticos de Galtieri y su banda.

Alfonsín y Menem tuvieron mayorías en su momento, pero nunca con este nivel de consenso. Muchas de las reformas de los 90 se hicieron a regañadientes, con gran parte de la opinión pública y prácticamente toda la oposición, sindicatos, prensa e intelectuales en contra.

No queda otra que aceptar que muchos argentinos – demasiados para mi gusto – se sienten identificados y representados como nunca por el populismo clientelista en lo político y el corporativismo prebendario en lo económico.

4 comments:

  1. Cuando fué la invación a Malvinas yo tenía 12 años y no podía entender por qué mientras todos festejaban mi viejo se la pasaba llorando como un chico.

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  2. Panza llena adhesión contenta.

    Ahora cuando haya que pasar estrecheces... se van a despegar más rápido que apósito protector reiteradamente humedecido.

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  3. Son los sueños hechos realidad de los jóvenes idealistas de los '70.
    ¿Porqué no vivir gratis en un país que lo tiene todo?
    La fantasía socialista, con el sentimiento de culpa de tener algo más se le sumó el odio, el desprecio y el revanchismo hacia el que tiene éxito y progresa por sus propios miedos.
    Este régimen alimenta el alma de estos fracasados.

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  4. El hincha de fútbol morirá aferrado a su bandera por más que su equipo favorito haya descendido a la tercera división, pero el votante cambiará de cuadro, a la voz de "Yo no lo voté" en cuanto su elegido no esté en los primeros puestos. El votante es inconstante, porque no sigue una idea sino una situación circunstancial. Entonces no es antojadizo suponer que ese 54% (de los votos emitidos) puede descender drásticamente ni bien, por efectos de la inflación y de escasez de fondos, comiencen a notar una disminución en los beneficios de los derrames de dinero hacia los llamados planes sociales.
    No se hace necesario recordar la sustancial caída en la popularidad de Alfonsín, Menem o De la Rúa cuando la gente empezó a vivir el día a día de la baja de ingresos.
    No tengo la suficiente capacidad como para adivinar el tiempo que eso demorará ni el porcentaje de la baja, pero se la siente inevitable.
    Entonces apelo a la doctrina del hecho consumado para no hacer pronósticos que pueden ser errados, y, como en boca cerrada no entran sapos, desensillar hasta que aclare.

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