Que un negocio de venta de pollos a la parrilla, que estuvo cerrado cerca de 1200 días (sí, tres años y pico) por un conflicto sindical con los repartidores a domicilio, vuelve a abrir a mediados de enero. Como si nada.
El sindicato había tomado el local durante un tiempo y básicamente lo destruyeron. Está abandonado desde hace por lo menos dos años.
¿Qué hizo toda esta gente, me refiero a los empleados en huelga, durante estos tres años y pico?
¿Cómo queda la relación con el empleador después de semejante locura?
Argentina, un país en serio. A nadie se le mueve un pelo ese es el problema.
ReplyDeleteAnónimo, los argentinos somos todos pelados.
ReplyDeleteEs Mr Groncho, experto en Parripollos.
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