¿Alguien recuerda que "las fuerzas populares" asaltaron una cárcel y soltaron a todos los presos políticos? Serían unos sesenta. Junto con ellos se escaparon unos 200 o 2000 -poco importa la cifra - "delincuentes comunes". Las personas mayores estaban horrorizadas. Soltar a gente que había estado en la cárcel por oponerse a una dictadura militar les parecía bien a muchos. Pero hacían una diferencia con el tipo que robaba, etc.
¿Cuál era la diferencia? Se preguntaban los chicos
Hoy, gracias a la cooptación de los ladrones, narcos y otros delincuentes por el aparato político, y por el permisivismo y la complicidad progreta con ellos, sabemos que ninguna.
También por haber leído algo a von Mises sabemos que el socialismo - como todo colectivismo, el nazismo, el fascismo - es un robo de la peor especie, un sistema gobernado por los peores delincuentes.
Ese acto en el que se vio salir de la cárcel a presos políticos y comunes no representaba, a la luz de los tiempos que corren, ninguna contradicción, sino una fatal concordancia.
No es, tampoco, sino una concordancia el hecho de que los jóvenes inútiles e improductivos, incapaces de nada, de clase media, roben desde la militancia en una organización que lleva el nombre del odontólogo obsecuente, bajo cuya protección se realizo aquel hecho de fuga.
Tal vez ellos no lo sepan, no conozcan el hecho, ni otros hechos de la época.
Pero no es insignificante que la agrupación que remeda, salvando los modos y las posibilidades de los tiempos, a la militancia de los 70, se cobije bajo el nombre del testaferro presidencial de Perón.
Don Freeman
(Viene de acá)
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.