¿Alguien con una computadora y acceso a Internet – no pido demasiado - puede realmente creer que es posible tener acceso a servicios públicos canadienses pagando tarifas bolivianas?
Es el equivalente entre adultos de ir a ver qué me dejaron los Reyes en los zapatitos la mañana del 6 de enero.
Antes preguntaba qué tiene que pasar, cuánto se tienen que hundir, para que los argentinos terminen de entenderlo. Hace rato que me di cuenta de que no hay vuelta que darle porque nunca se trató de una cuestión racional.
Recordar a Borges: "Podemos seguir hundiéndonos infinitamente."
ReplyDeletePorque si es para aprender con un hundimiento, bastaba con el del crucero "Gral. Belgrano".
Cuando no te da, no te da. Viste?
Optimismo a full lo suyo, Don Freeman.
ReplyDeleteTiene usted toda la razón del mundo, Don Freeman. Y el ejemplo es perfecto.
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