El gobierno de Cristina se asemeja mucho a los del PRI; es conservador, pero dice ser progresista; bate con frecuencia el parche nacionalista; aunque cree en "el capitalismo de los amigos" está más que dispuesto a estatizar empresas emblemáticas; reparte beneficios de diverso tipo entre aquellos intelectuales que le son favorables, de tal manera tentando a los que de otro modo asumirían una postura crítica; hace uso político de una "caja" rebosante de dinero para disciplinar a los gobernadores e intendentes; está construyendo un gran aparato propagandístico, con un coro de intelectuales incluido, subsidiando a sus partidarios y negándose a dar un solo centavo de publicidad oficial a medios reacios a acompañarlo; asimismo, hasta ahora ha ganado elecciones por márgenes cada vez más impactantes.
Con todo, hay una diferencia, una que es fundamental: los mexicanos, conscientes de lo terriblemente peligroso que sería permitirle al dictador electivo perpetuarse en el poder, lo obligaron a conformarse con seis años al prohibir la reelección. Pudieron hacerlo porque el PRI, como institución, importaba más que la persona del presidente que, si bien tenía poderes que hubieran envidiado muchos monarcas medievales, no soñaba con intentar independizarse del partido "natural" de gobierno. En cambio aquí el sistema político es incomparablemente menos sofisticado que el de México entre 1929 y 1989. Es unipersonal. Sin Cristina, el embrionario movimiento gobernante se esfumaría de la noche a la mañana. Mientras tanto, empero, la presidenta seguirá repartiendo pedazos de poder entre los "militantes" de La Cámpora con la esperanza, con toda probabilidad vana, de que logren formar el núcleo de un futuro PRI argentino.
Excelente, Louis!
ReplyDeleteEs exactamente eso lo que está pasando.
La PRización del peronismo. Pero no hay movimiento, sólo caudillo.
¡Qué lindo fierro el de la foto! Imprescindible para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero en los tiempos que corren en el mundo.
ReplyDeleteSi alguien me puede informar qué escopeta es, se lo agradeceré.
"Mientras tanto, empero, la presidenta seguirá repartiendo pedazos de poder entre los "militantes" de La Cámpora..."
ReplyDeleteQuizás es tan solo una pobre y triste mujer a quien le toco en suerte, debe haber contribuído bastante con su carácter y el de EL, un hijo bastante pelotudo y todo eso no es más que el vano intento de ocultar lo que todos ven. Tambíen le tocó en suerte, mucha suerte, un pais repleto de pelotudos como el hijo.
Porque para la maldad se necesita astucia y una cuota de inteligencia superior a la que todos los personajes de este gobierno ostentan. No le encuentro sino otra explicación, la estupidez congénita de los argentinos, a la facilidad con que hacen todo lo que hacen.
Mi abuelo, nacido en Castilla siempre me decía "Cuídate de la maldad de los tontos", hasta estos tiempos no lo había comprendido en plenitud.
Se que me dirán que soy benévolo con eso de "una pobre y triste mujer", pero piensen verdaderamente lo que esos dos adjetivos implican en una vida. Piensen en el último suspiro. Puede una vida ser más miserable que eso. Que puede ser más penoso que vivir con tal pobreza espiritual, con la ceguera a lo enriquecedor y diverso que depara el mundo, con el convencimiento de ser idolatrada, amada, y la terrible sospecha de que nunca podrá estar segura de los reales motivos. Una pobre y triste mujer, nada más, ni nada menos.
Si lo anterior alguién puede leerlo en clave de conmiseración o piedad por su destino, nada más alejado de mi intención. Ansío verla pudrirse en una carcel común y sin ningún privilegio, solo acompañada por todos los sátrapas que prohijó.
Saludos, Martín.
Muy sabio su abuelo, Martín:
ReplyDeleteNo hay peor malicia que la estulticia.