Lo indecible es
aquello que no se puede decir porque provoca el horror y la censura general
del medio en que es dicho.
Lo indecible es, antes que eso, lo
inescuchable; lo que un medio social, cultural no desea escuchar, no puede
soportar escuchar; porque lo horroriza, o lo deja al borde del horror.
El horror es aquello que no se
puede asumir porque desintegra la propia constitución. El horror es la locura,
aquello en lo cual se pierde el pensamiento. Y el mundo, tal cual lo constituía
y constituía al sujeto, se desvanece con él.
Todos sabemos que hay cosas que no
se deben decir en ciertos ámbitos. Aunque sean la verdad. Sobre todo si es la verdad.
Hoy José Luis publicó en este blog un post titulado Haz
lo que yo digo, al que remito. En él contaba y comentaba la negativa de la
señora Hebe Pastor de Bonafini a realizarse un examen de ADN para que pudiera
ser comparado con otras personas, supuestamente sus hijos desaparecidos:
Resulta que la Hebe del Pueblo
NO QUIERE, repito, NO QUIERE dar su ADN para que reconozcan a quien
podría ser el menor de sus hijos.
Dice que para ella sus hijos están vivos, que no quiere saber, y que NADIE, repito, NADIE tiene autoridad para investigar eso.
Dice que para ella sus hijos están vivos, que no quiere saber, y que NADIE, repito, NADIE tiene autoridad para investigar eso.
Hace un tiempo Horacio Vázquez-Rial publicó un artículo en
relación a las Madres de Plaza de Mayo y la señora Bonafini, en Libertad Digital y en su blog La Izquierda Reaccionaria: La
Bonafini y compañía. :
Bernardo Neustad fue un
periodista del que nunca acabé de fiarme. Un día presentó en su programa al
arquitecto Bonafini, exesposo de la lideresa de uno de los sectores de Madres
de Plaza de Mayo, organización que se dividió allá por 1986, cuando Alfonsín
las convocó, tras el hallazgo de un cementerio de NN, para preguntarles si
querían seguir adelante con las exhumaciones e identificaciones por ADN.
Unas madres, las que querían
reencontrar los cuerpos de sus hijos, a los que sabían muertos desde hacía
mucho, dijeron que sí. Hebe de Bonafini dijo que no, que vivos se los habían
llevado y vivos los querían, cosa a todas luces delirante, puesto que esos desaparecidos
no existían, y menos aún vivos. Pero ése fue el comienzo de un gran negocio
político de victimotecnia. Como dicen los emprendedores, y nunca mejor dicho,
la señora encontró un nicho de mercado.
En el programa de Neustad, al
arquitecto Bonafini –nadie negó que lo fuera– dijo que sus hijos vivían y que
estaban en Francia. Y nunca más se supo de él ni de sus descendientes. ¿Por qué
esos muchachos, que ya deben de ser mayores, nunca se presentaron a un juzgado
francés para hacer valer sus nombres y pedir ser retirados de las listas de
la Conadep?
¿Por qué ningún otro miembro de la familia dio nunca la cara en ese sentido? ¿O
es que el arquitecto Bonafini mintió, los hijos estaban desaparecidos y actuó
movido por el odio hacia su exesposa? Por último, ¿era aquel hombre el marido
perdido de la Bonafini? La sospecha, al menos, se extendió, y nadie olvidó
aquella entrevista, pero tampoco volvió a mencionarla.
La Madres de dividieron en
Madres Línea Fundadora, que son las que reclaman y exhuman y localizan y
entierran a sus muertos, y las Madres de Plaza de Mayo, el gran circo de la
señora Bonafini, que tiene libre entrada en la Casa de Gobierno.
Si las cosas fueran como las
plantea Váquez-Rial para Hebe de
Bonafini, dar su ADN le implicaría la muy real posibilidad de que éste fuera
cotejado, no con un cadaver, sino con un ser vivo. Se podría
emparentar el ADN suyo con el de personas actualmente vivas, en este preciso
momento.
Si se pudiese tomar su ADN y, al compararlo al día de hoy con el de unas personas vivas, se pudiese afirmar que son sus hijos denunciados como desaparecidos, se podría llegar a una conclusión nefasta: La líder de los Derechos Humanos en la Argentina, que reclama por sus hijos desaparecidos, los tiene vivos, los tuvo durante todo este tiempo y ella lo sabía, es un fraude. Todo su discurso, toda su postura política, se vendría abajo definitivamente.
Su caída arrastraría a la
totalidad de Madres, sin distinción de divisiones, y también -secundariamente- a los movimientos de derechos humanos.
Implicaría la reconsideración de los discursos y las posiciones en
torno a los derechos humanos sostenidas en la Argentina en los últimos treinta
años, como también alguna forma de demérito en las denuncias hechas contra la
última dictadura militar. Siendo esto último lo peor de todo, desde un punto de vista
neutral: la pérdida de una
verdad por la aparición de otra. Extraño efecto de la suceción de las
cosas, de los relatos de lo real, según se van dando en el tiempo.
Entendámonos bien: Los hijos de la señora Pastor de Bonafini pueden estar perfectamente muertos, en enfrentamientos o desapariciones, durante la última dictadura militar. Su negativa a dar su ADN sólo abre un campo de sospecha para quienes no son fanáticos de su círculo.
No es una "probable pero, en definitiva, improbada posibilidad" de que su postura sea una farsa lo que se pone de manifiesto aquí. Sino su discurso del "están vivos, continuamos su lucha revolucionaria", que le permite ocupar un lugar de referencia en el mundo político, en pos de sus ideas socialistas, es lo que queda al descubierto con su negativa.
Después de ver claramente el accionar de Hebe de Bonafini y de sus militantes -y de las últimas declaraciones de su aliado Shocklender, quén comentó que hasta el año 2002 estaban acumulando armas para una insurrección armada-, está claro que para ellos siempre se trató de llevar la revolución socialista adelante, arrastrando el símbolo de los desaparecidos. Nunca se trató de encontrar la verdad sobre las desapariciones, el hallazgo de los cuerpos y la reparación de los deudos. Los desaparecidos fueron, para ellos, una bandera a ondear para la lucha revolucionaria.
Si se encuentra el cuerpo y se lo identifica, en la simbólica de esta militancia, ya no hay nada por lo que luchar. No sólo y en especial para ellos. Por siglos, en nuestra cultura occidental, el entierro del cuerpo en caso de guerra implica el comienzo del duelo y el lento camino del perdón de las afrentas.
Esto tiene una consecuencia indeseada para los revolucionarios del movimiento: La pérdida de proyección a futuro de la revolución socialista anclada en la lucha de los setenta, la represión posterior y los desaparecidos.
Hay todo un mundo construído ahí que se derrumba y, con él, los sujetos que
se apuntalan en el mismo. El horror.
No podemos permitirlo. Execremos a quien lo diga. Neguémoslo. De eso no se habla. No quiero escucharlo. No debe ser dicho. Nunca ha sido dicho. Es más: aquí ni siquiera fue insinuado.
Brillante post.
ReplyDeleteHabrá que incautarle la chabomba a la vieja.
ReplyDeleteBuen post
ReplyDelete¿Por qué Idi Amin se comía (literalmente) a sus rivales políticos? No lo sé. Sí sé que en un país medianamente funcional, el problema se hubiera limitado a algún paper de psiquiatría y la cárcel de por vida/inyección letal.
ReplyDeleteEn África, un personaje con ese nivel de patología llega a capitoste máximo y plenipotenciario de su país.
Igual en Argentina. Delirantes como esta mujer van a existir siempre. El drama nacional y popular es que llegan a donde llegan.
Si fuese cierto lo de que uno o ambos hijos de esta vieja despreciable están vivos: ¿es posible que en todos estos años no hubieran sido detectados por los servicios de inteligencia (es un decir), en gobiernos previos al kirchnerato? Hubiese sido un verdadero tiro de gracia para el negocio de los "derechos humanos).¿O hay tanta gente prendida? Por cierto que esto último es lo más probable.
ReplyDeleteHebe de Bonafini está al frente de Madres desde 1977. A las primeras, Antokoletz y otras dos más, las desaparecieron después de publicar una solicitada. Aparece Bonafini, desde La Plata, y ... hasta ahora. Jamás nadie le tocó un pelo...
ReplyDelete¿Qué nivel de protección tiene esta señora???
Dejame averiguar más.
Mi no comprende: la vieja es madre de un desaparecido o de un vivo (en todo sentido)? Si ella misma ahora dice que su hijo està vivo (como lo decia su propio marido), no deberìa rendir cuentas por esta mentira que le sirviò ya sabemos cuanto?
ReplyDeleteLa sociedad sigue en Babia.
Estamonelorno.
Emma Peel
http://www.lapoliticaonline.com/noticias/val/79902-6/casal-le-respondio-a-mariotto-perdonando-a-los-policias-que-reprimieron-a-la-campora.html
ReplyDeleteHay una inmensa manga de biznietosdeputa a los que habría que encanar...
Agarchados y acomodaticios.
TODOS.
meg@radio
Cuando explotó el caso Schoklender parecia venirse el fin de la fantochada de las M de P de M... pero no!!! encontraron la forma de justificarla a Santa Hebe "la madre de todos" y seguir adelante con el circo... Asi que no puedo más que pensar que si aparecieran vivos o muertos los hijos de esta impresentable, de alguna forma seguirian justificando con loas la lucha de la vieja pedorra... Lo que más me jode todo esto es que nadie diga nada en contrario, salvo algún que otro blog, je... saludos a todos!
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