En este momento, tan cerca de la catástrofe del tren de la terminal de Once, sólo quiero tocar un punto, que atañe a nuestra más profunda humanidad y que estás cosas dejan al descubierto:
Cuando ocurrió el derrumbe de una obra en construcción, también en el barrio de Once, el año pasado, escuché a los kirchneristas y progresistas pedir la cabeza de Macri. Motivo: es el responsable último. Curioso que siendo el responsable último fuese la suya la primer cabeza que se pidiese.
Traté de explicarles que no era lógico. Podía tratarse de un funcionario menor que no hizo bien su trabajo o fue corrupto. El responsable superior estaba muy lejos de la escena de los hechos como para tener responsabilidad directa en la misma. Y, si se lo piensa bien, también indirecta.
Una de las cosas que les plantee fue: "Si mañana se viniera abajo un puente ¿pedirían la renuncia de la presidente? porque es, en definitiva y según su lógica, la última responsable. No respondieron nada.
Me pareció que se estaban dejando llevar por su aversión y odio a Mauricio Macri. Y, sin ningún conocimiento de un orden constitucional republicano, organizando un linchamiento seudo democrático, en donde la turba se deshacía de una persona no grata a su vista.
Además, conociendo el ámbito de los políticos locales me pareció una pésima idea: Si por cada accidente que ocurre en la ciudad se va a pedir la destitución del intendente, cuando ciertas fuerzas políticas quisieran cambiarlo, incendiarían un jardín de infantes con los chicos adentro.
No se entendió. La mentalidad progre de "yo soy el bien absoluto", "lo que pasa por mi cabeza es la realidad" y "mi capricho es la ley" imperaron una vez más.
Es decir: Se utiliza cualquier escusa que diera curso al odio y a la propia emotividad, se racionaliza un argumento para hacer pasar por lógico, por verídico, aunque no sea cierto y se opera de esa forma. Barbarie disfrazada de civilización.
Inclusive tuve que soportar que me acusaran de "defender a Macri" -nada más lejos de mí, que no los quiero ni un poco, ni a él, ni al padre-, cuando lo que estaba defendiendo era la sensatez y los principios que hacen que una democracia republicana funciones como tal y no como una banda apenas cubierta por una supuesta legalidad.
Hoy no escucho a todos los kirchneristas y progresistas, siguiendo exáctamente la misma lógica que aplicaron a Macri, pedir la cabeza de Cristina Kirchner, en su carácter de responsable última, por la catástrofe del tren de la terminal de Once .
Los veo en otro de sus silencios ignominiosos. O acusando, está vez sí, a funcionarios menores. Salvando a su "ídolo" presidencial. Salvando su emotividad, su imaginario, su idolatría, su orfandad humana políticamente mal curada. Los veo no pudiéndose y no pudiendo dar cuenta de lo ocurrido detrás de esta catástrofe: la inmensa trama de latrocidio que está acabando con este país hace varias décadas. Los veo, no los escucho, escondiéndose en su silencio. Y escondiendo lo más miserable de la miseria política argentina en la más miserable de sus miserias personales.
Si tuvieran un poco de decoro, de honestidad intelectual, aplicarían a la catástrofe del tren de la terminal de Once el mismo argumento que usaron con Macri. Pero no lo tienen. No van a hacerlo. Incluso son capaces de utilizar el argumento en contra que expuse más arriba para justificarse. Y lo harán. Hasta me darán la razón, total de tener razón ellos. Dirán que esta vez sí se aplica. Que la responsabilidad última esa vez no es del responsable último sino del responsable primero. Así de canallas son.
Mucho más que la catástrofe, mucho más que cualquier catastrófica medida política o económica. Es esta dimensión de la canalla sentimental humana lo insoportable. La complicidad de la gente con su propio imaginario. No con un gobierno corrupto o despótico. Sino con el hecho de no querer ver y afrontar lo real por no renunciar a su visión del mundo. El permitir que cualquier cosa, hasta la más aberrante, acontezca con tal de conserva su mundo personal. El permitir que el mundo real se derrumbe estrepitosamente si eso mantiene el mundo interior imaginario en pie. ¡Qué se venga abajo el mundo! pero que yo no pierda mi ilusión. Es el canto de esto pervertidos miserables.
Y la mayor injusticia es que, tratándose de cosas comunes, que nos incumben a todos, quienes no somos así tengamos que estar hundiéndonos en una miseria que no es nuestra. Ya es justo y suficiente hundirse en la propia miseria. Pero hundirse en la de esta gente es demasiado. Ni en el peor de los castigos bílbicos se ha visto una cosa semejante.
Excelente, comparto, suscribo y apoyaré cualquier propuesta razonable que diga BASTA y signifique un QUIEBRE a esta dolorosa situación de indiferencia abúlica.
ReplyDeleteapoyo 100 por ciento tus palabras... FELICITACIONES! mas inversion y prevencion y menos mediocridad.
ReplyDeleteExcelente Don Freeman.
ReplyDeleteAdhiero y firmo al pie.
Freeman, no hay nada que sorprenderse.
ReplyDeleteIncluso si miras los canales adictos al regimen ya hay una linea de pegarle a Macri por el tema de las personas que no aparecen.
Estos delincuentes solo merecen la horca.
Firmo al pie!!
ReplyDelete¿Así que los desaparecidos son de Macri? Los muertos y heridos son de Cristina!
ReplyDeleteMe parece muy buenos el post&comments. Pero no se hipnoticen con la hijaputez de la clase dirigente. Hay que mirar con profundidad y penetrar en la hijaputez del día a día de la gente común de a pie. Ahí está el meollo del problema. ¿Hace falta repetir aquello de que "los pueblos tienen los gobiernos que se les parecen (y por lo tanto, los merecen)"?
ReplyDeleteDF: me alegro que me haya 'robado' algunas palabras o expresiones. Nada mejor que las palabras circulen libremente.
Gus VF
Gus:
ReplyDeletePor si queda alguna duda: En todo el texto me estoy refiriendo a la gente de a pie, común y corriente, no a la clase dirigente. (De esa ya sabemos.)
Gus, ése es el verdadero drama nacional y popular.
ReplyDeleteDel pastillero donde se coloca la medicación semanal de un paciente, en la clínica donde trabajo, armado hasta el domingo 25 inclusive, hoy faltaban varios comprimidos de Clonazepam 2 mg. Y de estos episodios hay montones.Es el ADN argento, no hay caso.
ReplyDeleteImpresionante.
ReplyDeleteLes encanta vivir (y morir) asi
ReplyDeleteRaúl:
ReplyDeletePor la medicación y la dosis me imagino el tipo de pacientes que deben de ser.
¡A prepararse para la contención física, anti psiquiátrica y progresista!
DF: es una clínica de rehabilitación motriz, y hay pacientes de todo tipo, pero no psiquiátricos severos.
ReplyDeleteDon Freeman me pongo de pie para aplaudir ésta entrada.
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