Feb 3, 2012

Se armó un despipiole tremendo

Por los dichos de un senador conservador (nota: acá en Canadá los senadores no son electos por voto popular, los propone el Primer Ministro y los aprueba la Cámara de Diputados).

Este señor, que perdió una hija que fue violada y asesinada hace unos años, dijo que a los presos habría que darles la posibilidad de terminar con sus vidas si así lo desean. Es decir, que tengan la posibilidad de suicidarse.

Inmediatamente le saltaron a la yugular la oposición y organizaciones civiles.

Más allá de si estamos o no de acuerdo con su propuesta, me llaman la atención las objeciones desde la izquierda. Estamos hablando de un sector del espectro político que está de acuerdo con cuestiones como los abortos a pedido del consumidor y propone leyes de muerte asistida para enfermos terminales.

Aparentemente lo de “mi cuerpo, mi elección” no corre para decidir si quiero o no seguir viviendo.

2 comments:

  1. Este siempre fue el tema que muestra la incoherencia de estos sectores.
    Abortar (inocente) es un derecho, pena de muerte o similar (culpable) es un atropello (?). Lo que preocupa es que el discurso es el mismo, han logrado uniformar la estupidez por completo.

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  2. esta clase de gente es la que desenterraba cadáveres para volverlos a fusilar

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