En 2009

Un miembro de la policía de la ciudad fuera de servicio iba en su Jeep con su esposa e hijos por una calle muy cerca de casa. Una señora en un BMW se le cruzó de golpe. Este señor pensó que le había tocado el Jeep, la persiguió y la hizo parar a unas pocas calles de distancia. Se identificó como policía, le dijo que no podía manejar así y la amenazó que la iba a meter presa. La señora fue y presentó una queja formal ante la policía por abuso de autoridad y maltrato.

Hoy sale en el diario que el policía fue suspendido por dos días y su continuidad depende del resultado de la investigación del caso.

¿Podemos cerrar la historia con un “¿se imaginan algo así en Argentina?”. No si somos mínimamente realistas. Cada sociedad tiene las fuerzas de seguridad que está dispuesta a pagar y las fuerzas de seguridad cumplen el papel que les da la sociedad en las que están inmersas.

Es imposible tener una policía canadiense con entrenamiento, equipamiento y salarios bolivianos. Y ni siquiera me meto con la actitud hacia la ley y los contratos porque el tema da para varios blogs completos más.