El diario Perfil de ayer transcribe declaraciones de Aldo Rico donde dice que los uruguayos ayudaron a los ingleses en el conflicto del Atlántico Sur porque recibían heridos británicos para ser atendidos en hospitales uruguayos. Esto es parcialmente cierto, pero Rico (si es que está bien citado en la nota) parece emplear un tonito sobrador como acusando a los uruguayos de deslealtad.
La verdad de esta historia de los heridos me la contó hace muchos años un gran amigo uruguayo que era el mejor especialista de cirugía plástica reconstructiva y reparadora para quemados del Uruguay. Su historia es ésta:
"A los pocos días de producida la recuperación de las Islas Malvinas por los argentinos fui llamado de urgencia para reunirme con el Director del Hospital Británico donde me desempeñaba como Jefe del Servicio de Cirugía Plástica. Al llegar a su despacho, me presentó al Embajador de Gran Bretaña ante el gobierno uruguayo y el Director me explicó que el diplomático había solicitado, y obtenido, que nuestro Hospital se ocupase de atender a los eventuales heridos británicos que fuesen evacuados a Montevideo para su atención médica.
El Director me pidió que hiciera una lista de todos los insumos médicos que estimase que íbamos a necesitar y el Embajador señaló que iban a enviar a un cirujano militar inglés para que nos asesorase acerca del tipo de material moderno que podían facilitarnos, así como de los últimos tratamientos desarrollados en la NATO para las heridas traumáticas provocadas por balas, esquirlas, daños internos por ondas expansivas y quemaduras de distintas clases. (Cabe aclarar que los médicos de los países que no tienen experiencias bélicas y el posterior tratamiento de las lesiones que se producen en combate, no están muy preparados para tratar las terribles heridas que sólo se ven luego de las batallas).
El caso es que le contesté a mi Director que contasen con mi total apoyo para la atención del personal herido y que me abocaría inmediatamente a organizar un equipo interdisciplinario de especialistas de las diversas ramas médicas que deberían actuar, incluyendo radiólogos, instrumentistas, enfermeras y personal de laboratorios de análisis clínicos. Este grupo, junto con el médico militar británico, serían los que elaborasen finalmente los requerimientos médicos.
Todo este diálogo había sido mantenido en inglés y el Embajador británico me agradeció mi disposición y me dijo que el Gobierno británico sabría agradecerme oportunamente la ayuda que prestase a sus soldados que resultasen heridos en "la justa restitución a la soberanía británica de las Islas Falkland". Ahí se pudrió la cosa.
Le aclaré que yo pensaba que las Islas Malvinas eran de Argentina, pero que mi deber como médico era atender a los heridos fuera cual fuese su nacionalidad y que le podía garantizar que haría mis mejores esfuerzos como médico para curar a los heridos.
Le aclaré que yo pensaba que las Islas Malvinas eran de Argentina, pero que mi deber como médico era atender a los heridos fuera cual fuese su nacionalidad y que le podía garantizar que haría mis mejores esfuerzos como médico para curar a los heridos.
El Director se quedó pálido al escuchar mis palabras, en cambio el Embajador encajó mejor la respuesta (era diplomático profesional) y me agradeció la franqueza de mi opinión y que estaba seguro de que haría todo lo mejor por los soldados.
El caso es que el Hospital Británico recibió una cantidad impresionante de material y equipo médico de última generación que permitió que se atendieran más de 1350 heridos hasta el cese del conflicto. Tratamos quemados graves y leves, mutilados y heridos con toda clase de lesiones de distinta gravedad y causa. No tuvimos heridos argentinos porque los capturados por los británicos fueron asistidos por los médicos del campo de batalla y evacuados a buques hospitales británicos y luego transferidos a buques hospitales argentinos.
Fueron días de grandes esfuerzos sobre todo por las gravísimas quemaduras de muchos de los tripulantes de los barcos que habían sido atacados por los aviones argentinos. También constituyó un aprendizaje fantástico para muchos cirujanos uruguayos que nunca habíamos atendido tal cantidad de heridas de guerra y las complicaciones que ellas presentan en la recuperación del paciente.
El gobierno inglés, agradecido, donó todo el material que había sobrado al Hospital. La cantidad de suministros que enviaron los ingleses fue tan grande que durante años continuamos disponiendo de elementos que en Uruguay no habíamos conocido antes y que fueron empleados en nuestros pacientes." Hasta aquí lo que me contara el Dr. Eugenio Bonavita, el experto cirujano plástico uruguayo y ferviente amigo de los argentinos.
Como se puede ver, la posible mala intención de Rico no se compadece con la realidad.
Sin perjuicio de ello, hay que reconocer que buena parte de los uruguayos, especialmente los del Partido Colorado, no deseaban un eventual triunfo argentino, en tanto que la gran mayoría del Partido Nacional, los Blancos, estaban firmemente alineados con Argentina. Otra buena parte de los Orientales decía que "ojalá que los argentinos no ganen porque quién los aguanta si vencen..."
Muy interesante, gracias.
ReplyDeleteLo haya dicho o no , me parece tan infantil la apreciacion de que un pais apoyó a GB solo por haber atendido a sus heridos.
ReplyDeleteHasta los medicos del pais enemigo tienen la obligacion de atender a los heridos del otro bando.
Totalmente de acuerdo, Pérez, pero ya sabemos que Rico no es precisamente una lumbrera sino un resentido.
ReplyDeleteSi pero lo que llama la atencion es que los militares, en particular los de carrera, siempre ven con buenos ojos el cuidado de los heridos de guerra.
ReplyDeleteEs algo que se respeta mucho, basta con leer los relatos de soldados argentinos que fueron prisioneros britanicos... en particular los de las cnias de comandos..
Muy mal Rico, si esa fue su intencion...
saludos
Francisco
Gracias por el relato y los datos Enmascarado.
ReplyDeleteRico es un payaso y un chorro, mejor que cierre el orto.
ReplyDeleteque idiota aldo rico delincuente
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