Me preocupa que estas iniciativas vengan de la decadente Europa y no de un país a la vanguardia del populismo clientelista mundial como Argentina:
Proyecto de salario mínimo de 2.000 euros. La idea es que la gente trabaje por gusto, no por necesidad.
Ahora, qué miserables de merda. 2.000 euros, ¿por qué no 4.000, si es cuestión de votar una ley?
¿Cómo no se les ocurrió antes a los cráneos del régimen kirchnerista?
Espero sinceramente que los suizos lo aprueben y lo pongan en práctica cuanto antes.
Conozco gente que estaba tan bien -pero muy bien en serio- que, de aburrida, hizo una macana y se jodió la vida. A los países les puede pasar igual.
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